En Costa Rica la industria de ingeniería, arquitectura, diseño y construcción avanzó en la implementación de metodologías ágiles. Donde hay que acelerar es en la actualización de las carreras y de los profesionales en estos campos, en la internacionalización de servicios y en la incorporación de las nuevas tecnologías.
“La industria va a la automatización y la prefabricación”, afirmó Johnny Mora, director ejecutivo de las escuelas de Arquitectura y Diseño de la Universidad Creativa.
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La transformación es acelerada. Inicialmente se había previsto que el cambio sería gradual durante la presente década, pero la pandemia de la Covid-19 obligó a implementarlo y a mirar hacia nuevos mercados, todo lo cual implica desafíos para las empresas locales.
“Hay una noción limitada de cómo internacionalizarse”, afirmó Álvaro Piedra, director de exportaciones de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
La exigencia de modernización también viene de un mercado donde aumenta la demanda por edificaciones inteligentes (gestión de iluminación, conectividad interna, automatización, videoseguridad) a nivel doméstico y en edificios, así como se espera la incorporación de nuevas tecnologías (5G, Internet de las cosas, vehículos inteligentes y otras) en obras públicas.
La clave
El mercado para las empresas del sector no se reduce al país y por ello mismo exige mantener el ritmo de actualización permanente. La situación no es fácil.
La actividad económica del sector de construcción viene decreciendo desde 2019, según un estudio de la firma Deloitte para la Cámara Costarricense de la Construcción.
El reporte confirmó, además, que la pandemia provocó la paralización de obras, obligó a cambios en los sistemas de negocio para ser más eficiente, mejorar procesos y disminuir costos, a desarrollar nuevos canales de comercialización y a rediseñar productos o servicios.
Frente a este panorama, evidentemente, mirar hacia otros mercados favorece la diversificación de la cartera y reduce la dependencia local. Las oportunidades de negocios abundan.
Un estudio de Procomer encontró que la industria de arquitectura, diseño y construcción generaría negocios por unos $327.000 millones a nivel mundial en este 2021. Su crecimiento es sostenido desde 2014 (de 2,2% en promedio anual) y podría ser del 3% para el próximo año.
Es un buen panorama para un sector que representa el 4% del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo al Banco Central de Costa Rica, y abarca 150.000 empleos y 226 empresas, según el el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA).
Muchas de ellas brindan servicios de diseño y edificación, consultoría y gestión de proyectos.
Actualmente hay firmas costarricenses que exportan servicios principalmente a Centro y Sudamérica. También se tiene presencia en Estados Unidos e incluso en Europa y Asia.
Pero una buena parte de las compañías desconoce cómo internacionalizarse.
Para ayudarles se vienen realizando distintos tipos de esfuerzos: apoyo de las oficinas de Procomer en diferentes mercados, el desarrollo de la marca país Costa Rica Natural Design, la capacitación local y la participación en eventos y ferias internacionales.
La Promotora y el CFIA patrocinan la segunda edición del congreso de arquitectura y diseño Costa Rica HUB organizado por la UCreativa, el cual se realiza en forma virtual desde el pasado 26 y hasta este 28 de febrero, con la participación de 25 empresas y más de 1.000 personas.
“El diferenciador de la industria costarricense es la trayectoria, la calidad, el servicio al cliente y el talento”, dijo Piedra.
Una línea de acción es el apoyo a los estudiantes de las diferentes carreras a crear iniciativas emprendedoras para exportación de servicios, así como impulsar la actualización de los planes de estudio de las carreras relacionadas. Es urgente.
Las nuevas metodologías ágiles tomaron fuerza en los últimos años y es obligatorio para proyectos financiados por entidades regionales y en licitaciones de obras locales.
La Cámara de la Construcción destacó cómo en las ampliaciones de los 2,4 km de La Angostura, en Puntarenas, y de los 50 km de la Interamericana Norte entre Barranca y Limonal el uso de BIM implica un cambio de un diseño tradicional y de planos de 2D a planos 3D y a la integración de la información.
Ambas obras tienen un costo de $182,6 millones y son financiadas por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Esta misma Cámara, de hecho, ha realizado dos congresos sobre la metodología BIM, el segundo de los cuales se realizó a finales del 2020 en forma virtual. El evento abarcó casos de éxito y los llamados gemelos digitales, la infraestructura inteligente, la interoperabilidad.
El problema es el costo de la curva de aprendizaje en la industria y de la actualización de los programas universitarios tanto de las metodologías ágiles y el modelado basado en información como en las tecnologías digitales.
Los cambios van más allá del diseño y la gestión de los proyectos, alcanzando la misma operación y prácticas de construcción.
Por ejemplo, se puede tener cuartos eléctricos o sistemas de aires acondicionados preconstruidos o ensamblados, que solamente se deben instalar.
Se incorporan también escáner láser para realizar mediciones precisas, máquinas de vaciado de concretos que siguen un patrón tridimensional (3D) e “imprimen” partes de las construcciones y hasta robots, como una grúa monitoreada mediante control remoto que transporta materiales riesgosos y estructuras de gran tamaño.
A nivel de diseño se pasó también de utilizar software bidimensionales, hojas de cálculo y otras herramientas de ofimática a sistemas de visualización, animación, modelado 3D, inteligencia artificial (incluyendo machine learning) y diseño paramétrico (utilizando algoritmos y datos) y analítica.
Todas estas tecnologías se orientan a reducir riesgos y costos, así como a generar mayor retorno de inversión, mejor flujo de efectivo, más eficiencia en manejo de metros cuadrados, más agilidad, cumplimiento de normas y estándares, y a crear proyectos que respondan a las necesidades de las personas y sean ambientalmente sostenibles e innovadores.
“La clave es el manejo de datos”, recalcó Mora.