Hasta este día los teléfonos celulares han funcionado con una tarjeta SIM, ese chip cada vez más pequeño que almacena la información necesaria para contar con el servicio de telefonía y que se introduce a través de una pequeña ranura ubicada, generalmente, a un costado del dispositivo.
Estas tarjetas guardan elementos como el número de teléfono, y permiten al usuario hacer y recibir llamadas, mensajes de texto y usar los datos móviles. También en ellas se almacenan los contactos que hacen más fácil el cambio de dispositivo.
Al comprar un celular o cambiar de operador, sacar e introducir este chip es una tarea obligatoria para conectarse con el proveedor del servicio. Sin embargo, la industria móvil sigue evolucionando y los días de las tarjetas SIM parecen estar contados.
Las SIM (acrónimo del inglés Subscriber Identity Module; en español módulo de identificación del abonado) están dando paso a los eSIM (del inglés embedded SIM o SIM incrustado), el cual ya está integrado dentro del teléfono, un paso más de la industria que apunta a ser la norma a futuro.
“Paulatinamente irán sustituyendo a las SIM tradicionales. Los eSIM tienen una gran ventaja y es que los operadores pueden ofrecer servicios sin necesidad de dar ese chip y uno, en un mismo teléfono, puede tener a varios proveedores”, explicó Luis Adrián Salazar, consultor internacional y exministro de Ciencia y Tecnología.
La información en un eSIM es reescribible, lo que significa que una persona puede cambiar su red y ya no será necesario quitar y poner un nuevo chip. Están, además, en sincronización con la nube.
No obstante, el momento en el que los eSIM reemplacen por completo a sus contrapartes de plástico podría estar aún lejos. Por ahora, se usan más comúnmente como un apoyo en un teléfono con doble SIM.
Sin embargo, los fabricantes ya ven este sistema como el futuro. Según el medio The Economic Times, Apple podría lanzar este año su serie de iPhones que solo permitirá esta tecnología, un paso que llega después de que en el 2018 la empresa presentara sus primeros modelos duales: de SIM físico y eSIM.
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Esto también cambia sustantivamente el modelo de negocios de las compañías operadoras de telefonía, hacia una gestión más digitalizada y remota. Con solo unas instrucciones o escaneando un código QR se podrá activar el eSIM y cambiarse de proveedor.
“Es una evolución natural”, dijo Jeff Howard, vicepresidente de dispositivos móviles y accesorios de AT&T a The Wall Street Journal. “Hará que la experiencia sea mejor en el futuro”.
Salazar contó que ya hay aeropuertos en los que una persona puede simplemente escanear un código QR, llenar algunos datos, pagar el servicio y quedar así abonado a una red de un proveedor local.
Ventajas para el usuario
La principal ventaja que los eSIM le dan a los usuarios es facilitar la portabilidad, pues hacen mucho más fácil cambiar de redes. Ya no serán necesarios múltiples SIM para tener más de una línea o número de teléfono.
Eso también significa que se puede cambiar temporalmente de una red a otra.
Al estar insertado dentro del dispositivo, aumenta el nivel de seguridad e incluso podría permitir ubicar el teléfono más fácilmente en caso de extravío o robo, apuntó Salazar.
También, para las personas más viajeras, los eSIM facilitarán la contratación de un número y un plan de telefonía local en los diferentes países.
Otra ventaja asociado al diseño es que se elimina la necesidad de tener un espacio físico en el teléfono para albergar una tarjeta SIM, algo que se podría aprovechar para potenciar otras características.
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La manufactura de SIM físicos, el envío de estos y la atención en oficinas son tres costos que se reducen para las empresas de telefonía, lo que podría traducirse en un mejor servicio y más margen para competir por precios.
Un último elemento es el ambiental, pues se reduce el consumo de los plásticos y componentes necesarios para producir los chips.
Los eSIM son, además, un paso en una mayor digitalización y conectividad para un futuro más interconectado, a través de dispositivos como relojes o hasta carros, el Internet de las cosas o las redes 5G, por ejemplo.
El usuario podrá darse cuenta al momento de la compra si su teléfono nuevo cuenta con esta tecnología. Para aquellos con modelos recientes, la recomendación es consultar las especificaciones técnicas en el sitio web de cada fabricante para verificar si el teléfono está habilitado para soportar eSIMs.
“Pronto” en Costa Rica
En Costa Rica la tecnología de eSIMs aún no se implementa. En el país hay tres proveedores de servicios móviles: Liberty, Claro y el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), a través de su marca Kölbi. EF consultó a las tres compañías si ya tienen algún plan en un futuro cercano.
En Liberty aseguraron que sí introducirán eSIMs en Costa Rica y que ya tienen algunos de prueba en su red. Agregaron que están finiquitando detalles y que “pronto” darán a conocer fechas.
La compañía adelantó que los dispositivos se podrán conectar de forma autónoma (con una línea celular independiente eSIM) o aparejado a una línea ya existente. La activación se hará mediante un código QR que se escanea con la cámara.
En Claro trabajan en negociaciones para la introducción de eSIMS y “próximamente” los lanzarán al mercado costarricense.
Leonel Ahrens, gerente de Mercadeo de Claro, agregó que la empresa ya cuenta con dispositivos que tienen esa funcionalidad incorporada.
Por su parte, el ICE contestó que se encuentra en un proceso de estudio técnico y comercial con respecto a la incorporación de la tecnología eSIM en sus servicios móviles. Actualmente, los dispositivos que comercializa la entidad estatal funcionan únicamente con tarjetas SIM físicas.
“El proceso de estudio nos brindará elementos para planificar una correcta incorporación de dispositivos que utilicen SIM integradas”, comentó Luis Diego Abarca, gerente de Telecomunicaciones del ICE.
Los eSIM significan una ventaja competitiva para los proveedores, en un esfuerzo por diferenciarse y brindar un mejor servicio, al ritmo de la tendencia global.
“Paulatinamente irán sustituyendo a las SIM tradicionales. Los eSIM tienen una gran ventaja y es que los operadores pueden ofrecer servicios sin necesidad de dar ese chip y uno, en un mismo teléfono, puede tener a varios proveedores”.
— Luis Adrián Salazar, consultor internacional y exministro de Ciencia y Tecnología.