El interés de los bancos centrales alrededor del mundo por crear sus propias monedas virtuales sigue creciendo en un contexto en el que la digitalización parece no tener vuelta atrás, incluso en el sector financiero.
Las monedas digitales de bancos centrales (llamadas CBDC, del inglés central bank digital currency) no son otra cosa que la versión virtual del dolar, euro o cualquier otra moneda controlada por un banco central y, dependiendo de cuál sea su diseño, el impacto en el sistema bancario podría ser profundo.
De acuerdo al último informe del Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) el 90% de los 81 bancos centrales consultados en 2021 contestó que está involucrado con algún proyecto de CBDC. Esto significa un aumento de cuatro puntos porcentuales con respecto al estudio presentado en 2020. El Banco Central de Costa Rica (BCCR) también fue consultado.
No solo avanza el interés sino la maduración de los proyectos. Un número cada vez mayor de bancos centrales se encuentra en etapas avanzadas de exploración de un CBDC. Además, la proporción de entidades que actualmente desarrollan un CBDC o ejecutan un plan piloto casi se duplicó del 14% al 26%, mientras el 62% ya está realizando experimentos o pruebas de concepto.
Bahamas inauguró en 2020 su moneda virtual oficial, el sand dollar. Al año siguiente Nigeria dio el paso y lanzó el eNaira. Países del Caribe y China han ejecutado planes piloto.
Estados Unidos, mientras tanto, mantiene cierta cautela aunque sigue estudiando el tema y ya ha realizado pruebas de varias tecnologías para habilitar un dólar digital. No obstante, el presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, ha dicho que la institución no tiene planes de crear uno y lo hará solo con la dirección del Congreso.
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El BIS diferencia dos tipos de CBDC: las de retail, de uso general y dirigidas a ser un equivalente del dinero físico para usuarios finales, y las wholesale, que están diseñadas para el acceso de instituciones financieras exclusivamente. Las primeras son el principal foco y tienen más avances en general.
Objetivos
Un informe de 2021 de la calificadora de riesgo Moody’s concluyó que el avance de CBDC se ha visto impulsado por el aumento de las stablecoins o monedas estables y la aceleración de la digitalización a raíz de la pandemia de la covid-19.
Pero las monedas digitales de bancos centrales también persiguen la posibilidad de mejorar la inclusión financiera, los costos de seguridad del efectivo, la reducción de la informalidad y la mejora de la eficiencia de los pagos, especialmente en los mercados emergentes.
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Otras voces sostienen que la razón de las CBDC es control. El auge de las criptomonedas, como el bitcoin, le resta control a los bancos centrales sobre el rastreo de transacciones y el dinero mismo. Además, occidente teme que China se adelante en este tema.
“Existe la preocupación de que si no lanzamos una moneda digital en Estados Unidos o Europa, China establecerá todos los estándares y entonces estaremos en desventaja. Además, las criptomonedas realmente asustaron a los banqueros centrales”, dijo Megan Greene, economista de riesgo en la firma de asesoría financiera Kroll, al diario The Wall Street Journal.
¿Un colón digital?
En Costa Rica, el BCCR no tiene en marcha o planea lanzar algún proyecto exploratorio con miras a crear un colón digital.
En respuesta a la consulta de este medio, la entidad dijo que valora de forma positiva el estudio y desarrollo de este tema por parte de la banca central mundial, y reiteró que parte de los objetivos que se buscan con un CBDC se han “logrado de una forma razonable” con la actual infraestructura del sistema de pagos.
Históricamente el Central ha mantenido una posición cautelosa y reservada con relación a las criptomonedas y monedas digitales en general, y ha repetido que conserva una mirada tolerante y vigilante sobre estos activos, sin promoverlos pero tampoco sin prohibirlos.
El expresidente del BCCR, Rodrigo Cubero, argumentó en un informe sobre criptoactivos de agosto del 2021 que la razón por la que el Central no ha considerado optar por una moneda digital es porque los principales objetivos que persiguen este tipo de CBDC ya se han alcanzado en el país con el Sistema Nacional de Pagos Electrónicos (Sinpe).
Entre estos objetivos están la inclusión financiera y la provisión de pagos digitales seguros, ágiles y de bajo costo.
“Todo ello significa que el colón costarricense ya circula digitalmente a todo lo largo y ancho de la economía nacional, por medio del Sinpe. Tenemos, de facto, un colón digital”, acotó Cubero.
Ante esto, el BCCR manifestó que “Sinpe Móvil no puede interpretarse como un colón digital, sino un medio para transar digitalmente colones”.
El BCCR informó días atrás que en todo el 2022 se contabilizaron más de 372 millones de transacciones por medio de este monedero electrónico, lo que significa un crecimiento de 66,33% con respecto al 2021.
En el documento, el exjerarca también señaló dos riesgos de las CBDC. El primero es que los bancos centrales capturen la masa de depósitos del público y generen por esa vía desintermediación financiera, con lo que se podría distorsionar y afectar el otorgamiento de crédito.
El otro riesgo asociado es el de desnaturalizar al banco central y convertirlo, en la práctica, en un ente comercial.
Nota actualizada con la respuesta del BCCR.