Las nuevas tecnologías facilitan la conexión entre Santa Ana y San José. Del otro lado de la pantalla, desde el Santa Ana Country Club, está Mauricio Ramos, CEO de Millicom, empresa matriz de Tigo. El colombiano visita Costa Rica para dar seguimiento a la operación de Tigo en el país y anunciar algunas inversiones.
En medio de su ajustada agenda, Ramos atiende a EF previo a su reunión con el presidente de la República, Rodrigo Chaves, en Zapote. Antes de dar inicio a la entrevista, el empresario me comenta sorprendido lo que le tomará movilizarse hasta dicho encuentro. “Una hora, me dijeron”, y bromea sobre el tráfico en América Latina.
Ramos se muestra optimista por el futuro del negocio en Centroamérica y Costa Rica específicamente, y es cauto al hablar sobre 5G.
Millicom proyecta una inversión de $75 millones en Costa Rica para el periodo 2023-2025. ¿En qué se invertirá y cómo se hará?
—Estamos hablando de invertir unos $75 millones en los siguientes tres años, en el quinquenio serían unos $125 millones. Esa inversión viene en una combinación de los pilares estratégicos de la empresa: conectividad de primera línea, más contenido y más innovación. De ellos el más importante en términos de inversión es la conectividad. Nuestra red hoy cubre unos 700.000 hogares en los cuales hay disponibilidades de servicio de alta velocidad y de televisión por pago de Tigo y de esos solo unos 250.000 son clientes. Tenemos que ampliar la pisada de esa red. La inversión tiene como objetivo continuar siendo líderes en conectividad.
El segundo pilar de nuestra estrategia es continuar siendo líderes en innovación. Hace un año lanzamos One TV aquí en Costa Rica. Ahí continuaremos innovando. Ya no es sólo Netflix, lanzamos hace dos semanas Vix LaLiga y ese es el tercer pilar de nuestra estrategia en Costa Rica, ser líderes en contenido. Somos un supermercado de contenido, pero adicionalmente queremos ser la casa del fútbol en Costa Rica. ¿Cómo? Con Tigo Sports, trayendo el Mundial en ultra alta definición y con la asociación que hemos llevado a cabo con Vix.
Tigo todavía no ha llegado a dar el servicio de fibra óptica residencial, algo que sus competidores en Costa Rica sí lo están haciendo. ¿Está contemplado en esa estrategia?
Ahí hay una cantidad de mitos urbanos. Hacia adelante todos nuestros despliegues son de fibra y de manera retroactiva estamos activamente reemplazando la tecnología HFC con fibra en todo aquel nodo en el cual el cliente quiere mayor velocidad. Lo que importa de cara al cliente es que reciba las velocidades que está requiriendo y las nuestras son iguales al resto del mercado. Definitivamente hacia adelante todo es fibra y aquellos nodos en los cuales el cliente la quiera estaremos retroalimentando con fibra.
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Su tesis es que América Latina no está lista para el 5G, según ha dicho previamente, pero algunos países ya han dado pasos en esa dirección, Costa Rica entre ellos. ¿Cuándo estará lista según su criterio y qué puede ir adelantando la región?
—Empiezo por precisar. El timing importa y administrar el largo plazo y cumplir las metas de corto plazo es un balance que es muy importante. Cuando yo digo que el momento de 5G está por llegar y que va a ser cumplido quiero también decir que tenemos que terminar la tarea que hemos empezado y que no hemos terminado en 4G. No podemos acelerarnos a 5G y dejar atrás a tantos latinoamericanos que aún no tienen 4G. Cuando lanzan 5G en mercados desarrollados es porque ya el 90-95% de la población tiene 4G. En nuestros mercados hay un 40-45% que todavía no tiene 4G, lo cual quiere decir que ni siquiera tiene datos móviles. Entonces hay que ser capaz de hacer las dos cosas al mismo tiempo. Ya hemos lanzado 5G como Millicom en Guatemala, lo hicimos hace un par de meses. En todos los países en los cuales el contexto, la disponibilidad de espectro, la coordinación con entes reguladores, la tecnología que tengamos disponible nos permita, lanzaremos 5G sin por un minuto dejar de terminar la tarea en 4G.
¿Su apuesta es entonces que con las tecnologías actuales, el 4G específicamente, todavía hay capacidad para ampliar velocidades y dar un mejor servicio?
—Significativamente. No solo más cobertura, sino mucha más capilaridad de red y penetrar para que haya cada vez más usuarios digitales. Para esos latinoamericanos que no tienen datos móviles van a pasar primero por 4G antes de poder llegar a 5G. 5G va a ser, por un período de tiempo, para una parte reducida de la población.
¿Cómo ve hasta el momento los esfuerzos que ha hecho Costa Rica en 5G?
—Va por buen camino. El país está generando un diálogo respecto al espectro. Acto seguido será generar el diálogo con la industria y luego definir la forma en la cual quiere poner ese espectro a trabajar. En todos los países en los cuales operamos el espectro crecientemente debe ser puesto a disposición de mayor penetración digital y mucho menos ser utilizado como una forma de soliviantar las arcas fiscales.
¿Ustedes estarían interesados en participar en el concurso de 5G en Costa Rica?
—Por el momento no tenemos una operación móvil en Costa Rica pero no quiere decir que no vayamos a estar muy cercanos al despliegue de redes 5G, porque las redes de 5G pueden ser desplegadas desde una red fija también.
¿Qué condiciones ve usted necesarias o básicas para que se pueda generar esa participación de ustedes?
—Lo más importante yo creo es la definición del espectro que va a ser puesto a disposición de la industria. Luego las condiciones en las cuales va a ser puesto a disposición, y con eso empieza a jugarse el partido.
¿implica una inversión importante participar de ese mercado, cierto?
—Conociéndose los planes de espectro tendremos la oportunidad de mirarlos con más detalle.
¿Por qué Centroamérica está siendo atractiva para la digitalización y Costa Rica específicamente?
—Es una región que es mirada con ojos miopes, con los ojos de la migración hacia Estados Unidos, de la inestabilidad política y económica que existía hace 20 o 30 años. Y se aglomera a países estables como Costa Rica con el resto. La realidad es que todos los países tienen altísimos grados de estabilidad política y macroeconómica. En los últimos siete años, cuando yo tomo la dirección del grupo, vendemos nuestras participaciones en seis países de África y volcamos esos recursos para invertir más de $5.000 millones en adquisiciones en Centroamérica. Compramos las operaciones de Cable Onda en Panamá, compramos las de Telefónica en Nicaragua y en Panamá. ¿Por qué somos tan positivos frente a la región? Hay varias razones. Una estabilidad política. Elecciones democráticas en la mayoría de los países, no en todos, pero en la mayoría. Estabilidad macroeconómica, mucho de ello anclado sobre los niveles de remesas. Los manejos fiscales son bastante responsables. Y sumado a eso, hay poblaciones que tienen penetración de servicios de internet, fijo y móvil, que tienen todavía mucho por avanzar. La penetración de datos móviles será de 40% al 60%. La penetración de la banda ancha residencial también está en esos porcentajes, pero en los países desarrollados es del 100%. De manera que hay mucho camino por recorrer.
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¿Cuál es el camino de los países y de ustedes como empresa para acercar a la región a ese 100%?
—Tenemos una gran responsabilidad por delante. Yo hablo de la creación de autopistas digitales para que nuestros países tengan la infraestructura digital que permita conectar a nuestras poblaciones digitalmente con el mundo. Se necesitan varias cosas. Número uno, la financiación de esas autopistas digitales es multibillonaria. Solo Millicom requiere de un apalancamiento de deuda de $8.000 millones, más unos $4.000 millones en el mercado de capitalización. Esos recursos tienen que venir de fuera. Eso quiere decir que tenemos que tener una visión de largo plazo, las reglas tienen que ser estables. En eso Costa Rica ha sido muy bueno.
También el tiempo en el cual se le cobraba a las empresas de telecomunicaciones grandes sumas por el espectro ya pasó. Para lograr mayores tasas de digitalización, el espectro, que es de las correspondientes poblaciones, no tiene que ser utilizado como una forma de recaudo fiscal, sino como una forma de ampliación e inclusión digital y nuestros países tienen que dejar de cobrar tanto.
Adicionalmente, en Estados Unidos, en India, Rusia y China hay tres o dos operadores móviles. Es necesario para nuestros países que haya más consolidación de la industria. ¿Qué sentido tiene, por ejemplo, que un hogar tenga cuatro o cinco redes eléctricas ofreciendo servicio? El cliente solo va a tomar una y las otras desperdiciaron capital llevando tendido eléctrico allí. Lo mismo pasa en telecomunicaciones. Es muy difícil darse el lujo, como países en vías de desarrollo, de querer tanta elección y dejar que que se desperdicie capacidad instalada.
Usted decía en una entrevista que el negocio de Millicom está en el mejor momento operacional, ¿a qué se debe?
—Hemos invertido mucho, en las redes y en la gente. Yo recuerdo una enseñanza que me dejó una persona a quien yo llegué a querer mucho que me decía que si los empleados están felices ellos se van a encargar de que los clientes estén felices; si los clientes están felices ellos se van a encargar de que los inversionistas estén felices. Como vamos a seguir invirtiendo quiere decir que el negocio está sólido, que los clientes nos quieren, estamos creciendo en volumen de clientes.