Los ciberdelincuentes, las bandas de tráfico de personas, la industria pornográfica y los grupos de odio en Internet tienen víctimas preferidas.
Una investigación de la revista Nature detectó una mayor sensación de bienestar y satisfacción de las personas al utilizar Internet, en un macroestudio entre más de 2,4 millones de personas de 168 países.
Las mujeres de 15 a 24 años, sin embargo, sufren el aumento de ciberacoso y síntomas depresivos. La Organización Mundial de la Salud también denunció que 1 de cada 6 adolescentes sufre ciberacoso, aumentando del 12% al 15% entre los varones y del 13% al 16% entre las mujeres desde el 2023.
Otro grupo bajo fuego son los adultos mayores, dijo Alonso Ramírez, director regional de ciberseguridad de GBM, durante su conferencia para el Club de Investigación Tecnológica el 26 de junio.
En el caso de los menores de edad, la responsabilidad empieza por los hábitos de sus familiares de compartir fotos, videos y datos de los menores de la casa.
“El 72% del material incautado a pedófilos son imágenes no sexuales de menores que fueron compartidos por sus familiares”, advirtió Ramírez. “Son imágenes no eróticas ni sexualizadas. Son fotos de su entorno y de sus actividades”.
Lo que ocurre es que los delincuentes las utilizan en otros contextos que tienen consecuencias sobre la vida digital de los menores de edad, en su presente y en su futuro. Estas situaciones ocurren pese a que 7 de cada 10 personas en América Latina tienen preocupaciones sobre su seguridad en Internet, según un estudio de Sherlock Communications.
Entre las principales preocupaciones de los usuarios de la región está la venta de datos personales sin consentimiento, la disponibilidad de información personal en Internet y el uso no autorizado de fotos familiares.
El acecho a los menores de edad
La mayoría de las personas hemos compartido fotografías de los menores de edad de la familia. Algunas personas incluso los muestran en sus fotografías de los perfiles de WhatsApp y redes sociales. Es hora de preguntarnos: ¿qué hemos hecho?
“Debemos reflexionar sobre las imágenes que compartimos de los hijos e hijas”, insistió Ramírez. “No se respeta la intimidad ni la identidad digital futura de los menores de edad”.
Otra situación ocurre cuando los menores de edad caen en las trampas de los ciberdelincuentes.
Un niño utilizaba un videojuego creado para menores de edad, el cual parecía inocente. La mamá activó los controles parentales, de forma que su hijo no podía enviar mensajes. Con el tiempo el niño cambió su comportamiento y no quería participar en las actividades de la familia.
La mamá se puso a revisar y descubrió que el niño se estaba comunicando con una aplicación de terceros. Había compartido imágenes sexuales. Los ciberdelincuentes estaban realizando algún tipo de extorsión.
“Los ciberdelincuentes encuentran formas de burlar los mecanismos de seguridad y control parental”, dijo Ramírez.
Una investigación de la Universidad de East London, entre 8.000 adolescentes de 16 a 19 años, encontró que los mismos jóvenes abusan y acosan a otros menores, el 44% han visto pornografía y 22% han practicado sexting (compartido contenidos sexualizados).
El estudio mostró que es recurrente el intercambio de imágenes íntimas y de contenidos de odio o de venganza.
¿Dónde inicia el descuido?
Cuando iniciamos el uso de las redes sociales éramos inocentes o nos autoengañamos de los peligros. En aquel entonces era usual compartir imágenes y comentarios privados, personales, familiares o de terceros.
Con los menores de edad, las familias tienen también cierta autocomplacencia cuando les ven interactuar con los dispositivos digitales. Pero hay varios mitos que implican riesgos y peligros latentes en la actualidad. “Se escuchan mucho”, dijo Ramírez.
¿Cuáles son? Seguramente los reconocerá:
Primer mito: que los niños y las niñas aprenden solos
Nos sorprende y nos enorgullece ver cómo aprenden a usar los dispositivos. “Traen el chip”, solemos decir. Si bien los menores de edad tienen la capacidad de apropiarse de competencias técnicas, se requiere acompañamiento tanto en las familias como en los centros educativos.
Segundo mito: que dominan las tecnologías a plenitud
Muchos menores tienen acceso a la tecnología sin la formación adecuada para usarla a plenitud y de forma segura. Es necesario ese acompañamiento y la formación para que puedan conocer e identificar los peligros.
Tercer mito: que los niños lo único que hacen en Internet o con los videojuegos es jugar
Las personas mayores piensan que los menores de edad solo están jugando, que se están entreteniendo y que no tienen riesgos.
“Pero puede ocurrir que tienen contactos y acceso a contenidos o conductas inapropiadas que ponen en riesgo su seguridad y bienestar”, advirtió Ramírez.
Cuarto mito: que ya saben lo que tienen qué hacer
Se da por sentado que están dadas las condiciones para que los niños y adolescentes tengan una experiencia segura y saludable. Pero lo cierto es que no es así. Ni siquiera muchas personas adultas lo saben.
Lo correcto es compartir, interesarse y aprender juntos, sin necesidad de control excesivo. “Se puede crecer de forma segura, pero hay que tener una sana comunicación”, dijo Ramírez.
¿Qué debe hacer?
Lo primero que debe recordar es que las personas mayores de edad tenemos una responsabilidad al compartir las imágenes o fotografías de los menores de edad.
Asimismo se debe tener en cuenta que, en la actualidad, hay una alta exposición a contenidos sexualmente explícitos e incluso a material (vídeos y música) de alto contenido sexualizado. Sin embargo, se reproducen sin pensar en sus consecuencias. Incluso las redes sociales son más permisivas con ese tipo de materiales.
Por tales razones:
1. Tome conciencia y haga tomar conciencia
Es imprescindible tomar conciencia de la necesidad de la protección de la intimidad y mantener los perfiles completamente privados.
Asimismo, sólo debe aceptar comunicación y nuevos seguidores de personas que conocen. Recuerde también que la desconfianza también deberá estar activada en muchos casos de personas conocidas.
2. No acepte a desconocidos
No acepte en su red privada ni siquiera a conocidos de conocidos. No todo el mundo es quien dice ser y muchos adultos se hacen pasar por menores de edad.
“Las redes sociales son para estar en contacto con las personas conocidas”, resumió Roberto Sasso, del Club de Investigación Tecnológica. “La lección es que las redes sociales no son para hacer amistades”.
3. No se deje llevar por la curiosidad
Cuando reciba una invitación para un contacto o seguidor, no se deje llevar por la curiosidad (puede ser un perfil falso) o pensar que cuantos más amistades tenga agregadas a sus redes va a aumentar la popularidad.
La privacidad se impone actualmente. Más bien, configure sus redes sociales y asegúrese que sus publicaciones solo son compartidas por personas conocidas.
4. Internet no olvida
Todo lo que usted compartió, comparte y compartirá queda almacenado en algún lugar.
Por eso, se debe actuar con responsabilidad, pues todo el contenido —cuando se publica— pasa a formar parte de la identidad digital.
Eso que usted publicó puede ser sacado de contexto en forma perjudicial, posteriormente, afectando su reputación.
5. Cuidado con los videojuegos en línea
Los juegos en línea también son redes sociales, por lo que debe tener cuidado con la información que usted proporciona y con las persona con las que juega en línea.
Lo recomendable es no dar datos personales, no aceptar a personas desconocidas, mantener sesiones de juegos privadas y que la webcam permanezca apagada.
6. Su identidad digital
Si usted cuida su identidad, seguridad y reputación en el mundo físico, lo mismo aplica en el mundo virtual.
Lo que se publica en redes sociales genera su identidad y reputación digital.
7. Educar y concientizar
Usted debe educar y concientizar a sus hijos sobre la importancia de no dar información personal, la ubicación de colegio o de la casa, sus rutinas diarias, cuándo y adónde se van a reunir con sus amistades o cuándo y adónde van de paseo.
8. Comparta, pero tenga cuidado
Mantenga su red privada y cuando publica, sobre un paseo o una actividad, hágalo días o semanas después de realizado.
Tenga más cuidado con lo que publica. Una fotografía puede ser utilizada por los ciberdelincuentes o ciberacosadores. Asimismo, ponga atención con terceras personas que salen en el fondo.
Las leyes de protección de datos establecen multas al publicar fotografías de otras personas sin su consentimiento (que ojalá tenga por escrito) e incluso menores (de ninguna forma).
9. No caiga en trampas y desconecte la cámara
Recuerde no dar clic a links o enlaces de desconocidos, de sospechosos o que vienen cortados. ¿Dejaría entrar en su casa a sospechosos?
Y tenga precaución con la cámara web de sus dispositivos, ya que los ciberdelincuentes pueden utilizarla para captar imágenes que luego usan a su antojo o que pueden permitir ubicar su trabajo, su casa o el lugar donde usted anda.