La oferta de servicios y sistemas de desinfección, parte de las medidas que las empresas deben adoptar frente al COVID-19, utilizando luz ultravioleta (UV) se amplía en Costa Rica.
“Es una solución innovadora, de bajo costo y, además, ecológica, para combatir virus, bacterias, hongos y otros patógenos dañinos para la salud”, recalcó Alvaro Barboza, fundador y presidente de Micro Cleaning.
La firma Meditek también anunció la introducción del sistema CleanState UV, un equipo de desinfección que utiliza UV. Anteriormente la empresa Geos Telecom desarrolló una serie de soluciones con esta tecnología que comercializa con la marca Killing Light.
En el mercado también se puede optar por soluciones de ozono ( Be Clean) y de enfriamiento evaporativo o aspersión por presión (Soluciones iGC), así como servicios de limpieza y desinfección (Red Team General Services), entre otras.
Respuesta
En algunos casos las empresas y los servicios surgieron en estos meses como respuesta a las oportunidades de mercado generadas por la pandemia de la COVID-19.
La incursión en este tipo soluciones viene precedida por alguna experiencia previa en actividades relacionadas.
Barboza es arquitecto graduado de la Universidad de Costa Rica y trabajó durante 12 años en empresas como Ferretería EPA, cuando todavía estudiaba, como administrador de las tiendas de Curridabat y Escazú.
Trabajó también en Constru Plaza y en el proyecto de Altos de Montserrat, frente al Hotel Los Sueños en Herradura, Puntarenas.
El cambio de ambiente le permitió en el año 2016 asumir la gerencia de proyectos en la firma Philips, donde fue capacitándose y acumulando experiencia en el campo de la iluminación, especialmente “con productos premium, certificados y diferenciados”.
En octubre de ese año decidió crear su propia empresa, See Light & Energy, que ya en el 2017 empezó a comercializar luminarias para edificios y viviendas, lámparas de carretera, productos industriales y de iluminación de fachadas, incluyendo sistemas automatizados.
La firma es distribuidor de marcas como Philips, Sylvania, Osram, Cree y Seeled, con las cuales es proveedor de empresas e instituciones públicas de electricidad, incluyendo al Instituto Costarricense de Electricidad.
Barboza asegura que los proyectos con estas entidades no se han visto afectados y mantienen los contratos, varios de los cuales tienen plazos de hasta seis años para concluir.
Cuando surgió lo que se consideró primero una epidemia y luego la pandemia del COVID-19, Barboza y su equipo empezaron a investigar sobre las soluciones de desinfección de UV.
La tecnología UV puede ser utilizada para desinfección de objetos, no de personas ni de animales, según las autoridades de Salud y la Organización Mundial de Salud (OMS).
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La UV fue incluida por la Food & Drug Administration (FDA, de Estados Unidos) entre las soluciones de desinfección de dispositivos y en China se utiliza, entre otras muchas.
La empresas se preparó, aprovechando su experiencia en sistemas de iluminación, con servicios de esterilización y desinfección de instalaciones (preventiva) y de áreas de emergencia de COVID-19.
Otra línea de negocios es el alquiler y la venta de equipos profesionales de esterilización UV.
Solamente había que esperar a que las empresas fueran conscientes que requerían este tipo de servicios.
Mercado listo
Poco a poco fueron explorando posibilidades en el mercado local.
Hasta la semana pasada tenían al menos cuatro empresas –laboratorios y en una cadena de supermercados– que estaban realizando sus análisis y estarían por iniciar pruebas para esterilizar equipos, vestimentas y utensilios.
Barboza aseguró que ya estaban por cerrar negociaciones con una compañía de transporte público para desinfección de autobuses y que también están explorando el mercado regional, especialmente Panamá, Aruba y Curazao.
A nivel residencial y comercial se dispone de sistema de UV de 15 a 40 watts (de $30 a $45) que pueden aplicar las personas.
Los sistemas industriales son de 60 a 180 watts ($300 a $1.500), que van de los básicos a los de mayor tamaño para desinfección de áreas o instalaciones más amplias.
En esta categoría también se cuenta con lámparas fijas que se activan mediante sensores cuando no hay personas o con temporizadores, para que funcionen en determinados horarios.
Otra solución es la de purificación de agua (desde $250), que se comercializa para viviendas, comercios, bancos, instituciones, industrias e incluso acueductos.
El CleanSlate UV, comercializado por Meditek, es un dispositivo de desinfección que brinda un nivel de limpieza y desinfección de grado hospitalario, según los resultados de la prueba ASTME E1153 de un laboratorio certificado por la EPA en Canadá.
Su uso no requiere entrenamiento y es una herramienta que ayuda a mantener seguros a los profesionales de la salud, pacientes, visitantes y trabajadores de oficinas de atención al público.
Las posibilidades del negocio van más allá de la pandemia del COVID-19, pues el consumidor es más consciente y será más exigente sobre la desinfección en el comercio, hoteles y otras instalaciones que visite.
En lugares de alto tránsito las personas entran con mascarilla, limpian sus zapatos y se colocan alcohol en las manos. Pero no es suficiente.
“No limpian otros artículos de uso común en lugares de trabajo como gafetes, llaves, estetoscopios, tabletas y teléfonos inteligentes, dijo Jimena Fletes, representante de Meditek, una empresa con más de 20 años como proveedora de equipo y dispositivos médicos en el país.
Será imperativo mantener protocolos de esterilización más estrictos como un factor de diferenciación comercial, por supuesto.
La desinfección será una labor en la cual las empresas deberán aplicarse a fondo.
“Las empresas deben mantener políticas de higiene y desinfección”, recalcó Barboza. “Al investigar nos dimos cuenta de la gran cantidad de bacterias, virus y microorganismos (pulgas, ácaros y hongos) que se mantienen en las superficies”.