OpenAI anunció este miércoles 2 de octubre que cerró una ronda de capitalización que le permitió levantar $6.600 millones, una cifra que la valoriza en $157.000 millones.
El creador de ChatGPT se consolida así como uno de los valores estrella de la inteligencia artificial (IA) generativa.
“Cada semana, más de 250 millones de personas en el mundo utilizan ChatGPT para mejorar su trabajo, su creatividad y su educación”, manifestó la empresa en un breve comunicado.
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Varios nombres de potenciales interesados en ingresar al capital de la firma circulaban en la prensa estadounidense desde hace semanas, entre ellos Microsoft, que ya aportó $13.000 millones para la start-up, y el gigante Nvidia, otro líder del boom de la IA gracias a sus chips de alto rendimiento.
Thrive Capital lideró la ronda, de la que participaron SoftBank, Microsoft, Nvidia, Tiger Global, y MGX, una firma de inversiones controlada por los Emiratos Arabes Unidos.
Según el Wall Street Journal, Apple, que ya utiliza los modelos de OpenAI en su nuevo sistema de IA, se retiró recientemente de las negociaciones para participar del financiamiento de la empresa.
De acuerdo con el Financial Times, OpenAI impuso una condición de exclusividad para los inversores, que no podrán invertir en startups rivales.
Boom
OpenAI inició a fines de 2022 el boom de la IA con su interfaz ChatGPT, que permite obtener respuestas o desarrollar materiales a través de un pedido en lenguaje corriente.
Desde entonces, Microsoft, Google, Meta (Facebook, Instagram), y todos los grandes grupos tecnológicos compiten en este sector en fulgurante desarrollo.
Con esta ronda de capital, OpenAI es una de las tres mayores start-up que no cotizan en bolsa en el mundo, según Bloomberg, junto con SpaceX, el grupo de exploración espacial de Elon Musk, y el gigante chino del entretenimiento ByteDance, propietario de TikTok.
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Fundada en 2015 por Sam Altman, OpenAI planea utilizar los fondos para incrementar su investigación en IA, aumentar su capacidad informática y desarrollar herramientas para resolver problemas complejos.
OpenAI espera mantener un rápido crecimiento, a pesar de los costos significativos de aumentar su poderío computacional y captar talento.
La empresa llevó su plantilla de 700 a 1.700 empleados en nueve meses y proyecta pérdidas de unos $5.000 millones en 2024, con ventas por unos $3.700 millones, según The New York Times.
Desde su creación OpenAI fue una entidad sin fines de lucro, con un directorio que no responde a los inversores y una filial comercial que funciona separadamente.
La firma enfrenta una demanda de Elon Musk, uno de los inversores originales del proyecto, que asegura que se desvió de su misión inicial desde que abandonó la firma en 2018.