¿Quién no ha sufrido con el sistema de factura electrónica del Ministerio de Hacienda? Con solo ver en la pantalla el texto “crear llave criptográfica”, espero que mi computadora no vaya a colapsar y rezo por no cometer un error que me conlleve a una multa.
Una aplicación o sitio web enfocado en el usuario no debe generar esa sensación de inseguridad, miedo, confusión e incluso ignorancia.
Todas las preguntas y críticas que se han desatado a raíz de este sistema, en gran parte han sido ocasionadas por la falta de criterios de usabilidad.
La plataforma debe ser manipulada de manera efectiva por todos los contribuyentes, es decir, desde una persona con un micro negocio y que a lo mejor nunca ha tenido interacciones profundas con la tecnología, así como compañías monstruosas que facturan millones de colones por semana.
Ahora bien, les pregunto ¿cómo aprendieron a usar Facebook? ¿Les tomó mucho tiempo aprender a ver una película o serie en Netflix? Esto es porque todas las pruebas de usabilidad fueron tan efectivas que el método de aprendizaje es intuitivo.
Las plataformas más sencillas de usar, fueron las más complejas de diseñar.
Al final del día lo que nos interesa es que todos tengan una buena experiencia con nuestra app o sitio web.
El rol de un UX Designer es crear una experiencia a los usuarios que interactúan con un producto, en este caso hago énfasis a las soluciones digitales porque es el tema que me compete en esta columna.
Un buen diseño de experiencia conlleva desde revisar el contenido, los textos, la forma en la que se organiza la información, la visualización del sitio, hasta las emociones que se desatan cuando se usa la herramienta.
Para una efectiva usabilidad se necesita realizar un proceso de investigación que muestre qué es lo que espera encontrar la persona cuando acceda a la solución, realizar prototipos de uso en donde se pueda modificar las veces que sea necesario hasta llegar al resultado de navegación que esperamos y diseñar el sitio siempre pensando en los usuarios y no solo “que se vea bonito”.
De hecho, muchas personas abandonan los sitios no por el diseño, sino por la frustración de no entender cómo funciona.
Acciones como no sentirse familiarizados con términos técnicos, no se logra entender cuál es el precio final de la compra, hay miedo o incertidumbre de lo que pasará al avanzar al siguiente paso, no se encuentra la información deseada y hasta encontrarse con una mensaje demasiado alarmante, ahuyenta a las personas del sitio.
Por esta razón con la alerta “crear llave criptográfica” entre un rosario más de aspectos técnicos, muchos contribuyentes tuvieron que salir al auxilio de otras herramientas para facturar.
Una buena experiencia de usabilidad podría ser la clave para aumentar su efectividad como marca en Internet.