Barcelona - Vehículos autónomos, sanidad conectada o innovaciones industriales son algunas de las esperanzas depositadas en la tecnología 5G que está por llegar. Pero se necesitará tiempo para desplegar una red con la capacidad de dar respuesta a estas innovaciones.
Los primeros telefónos compatibles con la 5G llegarán al mercado en el segundo semestre.
Si bien la red es mucho más rápida que la 4G, la 5G no tiene por qué dar una sensación de velocidad a los usuarios desde un primer momento.
Hará falta una gran inversión y tiempo para que la cobertura esté suficientemente desarrollada para que interese realmente a los consumidores.
Las primeras ventajas serán para los operadores: gracias a la importancia de la banda ancha que ofrece, la 5G permitirá proponer un Internet fijo con mucha banda ancha allí donde desplegar la fibra óptica sea más costoso.
Y, sobre todo, evitará el atasco de las redes móviles ahora que ver videos en los dispositivos es tan común.
Más adelante, la 5G permitirá desarrollar la realidad aumentada, especialmente para enriquecer los eventos en directo con informaciones suplementarias en la pantalla del teléfono.
Es la gran promesa de la tecnología 5G: poder conectar todo, por todos lados y todo el tiempo.
La red ha sido pensada con tres imperativos: versatilidad, flexibilidad y banda ancha. Porque más allá de conectar a los humanos, su ambición es conectar los objetos.
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El vehículo autónomo es una de las grandes innovaciones esperadas.
Para ello es necesario que la red esté disponible en cualquier punto del territorio y que ofrezca una banda ancha y una latencia (la velocidad de respuesta de la red) suficientes.
Otra esperanza es la sanidad conectada: desde la telemedicina, vista como un medio para luchar contra la desertificación médica (instalación espacial de éstos sin cubrir amplias zonas), a la robotización, con la realización de operaciones por parte de brazos automatizados pilotados a distancia por un cirujano.
A largo plazo, la 5G está llamada a revolucionarlo todo si consigue concretar todas sus posibles aplicaciones: ciudades inteligentes, transportes urbanos, seguridad cotidiana, socorro en emergencias naturales...
Es sobre todo a las empresas que la 5G puede aportar beneficios.
Si el mantenimiento predictivo, la realidad aumentada o la robotización empiezan a formar parte del día a día en numerosas industrias, estas nuevas redes deberían llevarlos a un escalón superior.
Los especialistas hablan de una "industria X.0" en la que las innovaciones se suceden rápidamente.
Gestión de la energía, seguimiento de materiales y productos, mantenimiento predictivo gracias a sensores, ayuda a la intervención de equipos gracias a gafas de realidad aumentada, adaptación en tiempo real de las redes a las necesidades específicas de empresas o sectores enteros.
Estos son algunos de los aspectos en los que la 5G puede marcar la diferencia.
Y para los operadores supondrá una verdadera esperanza de monetización.