La franquicia costarricense Data Trust Powered by Codisa anunció que operará un centro de datos en el nuevo parque industrial tecnológico Altius Tech Park en Ciudad Arce, El Salvador, con una inversión inicial de $30 millones y en alianza con el grupo salvadoreño Aristos.
El pasado 23 de noviembre se colocó la primera piedra de la construcción. Se espera iniciar operaciones en el último trimestre del 2022, si bien la preventa de servicios comenzará en enero próximo debido a los tiempos que implica la logística y la migración de la información de las empresas e instituciones al centro de datos.
La operación en El Salvador permitirá brindar servicios de almacenamiento y custodia de información a nivel corporativo en diferentes sectores privados, incluyendo el financiero, y de instituciones públicas. En ese país centroamericano no se contaba con un datacenter comercial certificado, según José Escobar, presidente del Grupo Aristos, especializado en desarrollo inmobiliario y con parques industriales y zonas francas.
Altius Tech Park es un complejo de ocho edificios antisísmicos de 1.000 metros cuadrados cada uno para firmas de diferentes áreas tecnológicas. El datacenter, propiamente, contará con infraestructura clase A, certificación Tier III (acreditación de continuidad de los servicios), sistemas de enfriamiento y suministro eléctrico permanentes, energía renovable, alta tecnología de almacenamiento y operado por profesionales costarricenses.
La firma aseguró que se generarán más de 5.000 empleos directos e indirectos en los próximos tres años.
Grupo Codisa adelantó que planea incursionar en otros mercados de Latinoamérica mediante el modelo de franquicia. “Esperaría que para el 2022 estemos concretando, al menos al nivel contractual, un par de ellas”, aseguró Ronald Jiménez, presidente y CEO de Codisa.
El mercado está dinámico. Global Data International predice que el mercado latinoamericano de servicios de datacenters se expandirá a una tasa anual de 22% entre 2020 y 2023. Actualmente, hay 103 centros de datos de colocación en Sudamérica y 33 en Centroamérica. Brasil concentra la gran mayoría (49), mientras que Argentina, Chile y México tienen entre 10 y 14.
Es un mercado donde la competencia viene tanto de proveedores locales, operadores internacionales de telecomunicaciones y firmas globales como Microsoft, Google y Amazon, que también ofrecen servicios de nube a nivel de infraestructura, plataformas y servicios.
Evolución
Codisa creó su primer datacenter en el año 2000 en Llorente, Tibás, tras haber iniciado en 1991 con el desarrollo de sistemas informáticos para clientes corporativos de 14 países.
Ese centro de datos evolucionó en 2006 a un datacenter más sofisticado, el primero certificado en la región y, según Jiménez, uno de los que cuenta con más certificaciones en América Latina. Luego la firma construyó dos datacenter más. Los últimos 15 años le permitieron desarrollar protocolos de operación.
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“Un datacenter es como un avión que no puede fallar. No se hace nada que no esté escrito, no se hace nada que no esté planeado, no se hace nada donde el personal no esté capacitado y certificado”, dijo Jiménez.
Los protocolos se diseñaron a partir del talento, el conocimiento y la experiencia de ingenieros industriales y de otras profesiones de Costa Rica, una estrategia que le permitió sortear los altos costos que implican las certificaciones ofrecidas por firmas de Estados Unidos. Las auditorías de las entidades de EE. UU. y Europa, que se realizan cada dos años, lo corroboran: la firma obtuvo, incluso, calificaciones de 100 puntos.
La demanda no toma pausa. La inmensa acumulación de datos y de servicios digitales sigue en crecimiento a nivel de municipalidades, seguridad social, gobierno, bancos, y cadenas de electrodomésticos, tiendas por departamentos y supermercados, entre otros, que deben cumplir las regulaciones de protección de datos, de cada sector y de comercio.
La elección de un proveedor externo de servicios de datacenter no es casual. Jiménez ejemplificó que un cliente, un grupo de 25 empresas desde Argentina y México, pasó de gastar en igual número de centros de datos a utilizar el de Grupo Codisa, obteniendo ahorros de cerca de $1 millón en licencias de software.
Adelanto
Ante el riesgo que implica la incursión en otros países, con inversiones de millones de dólares y activos de muy alto valor, Codisa optó por la estrategia del modelo de franquicia de Data Trust.
El esquema permite empaquetar los protocolos de operación y los servicios en la nube, el fuerte de Codisa, con provisión de servidores, computadoras y almacenamiento, entre otros, para ofrecer actualización permanente y capacidad de escalamiendo de los servicios según los requerimientos.
La franquicia facilita, además, la alianza con firmas locales con conocimiento del mercado de cada país, como Grupo Aristos en El Salvador, que se plantean incursionar desde sus negocios tradicionales a parques tecnológicos y a datacenter. En ese caso, se duró dos años para iniciar el proceso.
La participación de los socios locales, que incluye coinversión y diluye el riesgo para ambas partes, permite generar confianza en clientes locales. “La confianza del mercado para que pueda trasladar su información, que no es un cliché, hoy en día es el activo más valioso de las empresas y las instituciones”, recalcó Jiménez.
Una característica básica de este tipo de alianzas es que el socio local sea un grupo o una firma reconocida, con trayectoria y con músculo financiero, que también obtenga beneficios al asociarse con Codisa, por su experiencia, conocimiento y protocolos. En Costa Rica, Codisa cuenta tiene una alianza con Grupo CMA para comercialización de servicios en la nube.
La ubicación de centros de datos en cada país, aparte de facilitar el cumplimiento de la legislación sobre la localización de la información de ciudadanos y clientes, también brinda ventajas de latencia o velocidad de respuesta (que debe ser de milisegundos) en los servicios de las empresas e instituciones, lo que será todavía más importante con las aplicaciones que corran en redes de tecnología 5G.
Otra ventaja, destacó Jiménez, es la posibilidad para los clientes de recurrir con rapidez a la atención de personal ubicado muy cerca, a diferencia de datacenter cuyas localizaciones no se conocen del todo y de servicios que pueden sufrir fallas de carácter global, como el caso de WhatsApp y que afectó a comercios que utilizan esta aplicación de mensajería para sus ventas.
El “caso de éxito” de El Salvador, al asociarse con Grupo Aristos, le da a Codisa un gran impulso, pues también despierta el interés de socios en otros países. Ya se tiene contactos en Chile, Panamá y Colombia. “Lo que esperamos es que se convierta en una red de datacenter de Latinoamérica”, dijo Ronald Jiménez.