En la mañana, usted puede levantarse, revisar qué tiene para desayunar, indicárselo a ChatGPT, Gemini o Copilot y pedirle una receta.
O puede solicitar un resumen de sus correos electrónicos al abrir su computadora e iniciar el trabajo.
Esos son ejemplos sencillos de cómo se puede recurrir a las plataformas de inteligencia artificial (IA) cada día. Pero la aceptación de la tecnología se divide en dos bandos contrarios.
Las plataformas y aplicaciones de IA son objeto de estudios, críticas, dudas y objeciones indiscriminadas, además de prejuicios sin fundamento, por un lado, y de elogios, aprobación, integración y uso sin cuidado alguno, por el otro.
Entre la resistencia a usarlas y la aceptación sin más, hay que revisar cómo aprovecharlas para el trabajo y la vida cotidiana, adoptando algunas precauciones básicas.
“Hay algunos tips”, dijo José Andrés Fernández Marmolejo, arquitecto de datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y coordinador de la Comisión de IA del Colegio de Profesionales en Informática y Computación de Costa Rica (CPIC).
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Con él conversamos al final de un taller sobre IA el pasado sábado 26 de abril en las instalaciones de CPIC.

El uso de la tecnología de IA se aceleró desde 2022 con el lanzamiento y rápida adopción de ChatGPT, a la que siguió Copilot, Gemini, Claude, DeepSeek, Grok y Perplexity AI, entre otras, tanto a nivel personal como en empresas.
La integración de herramientas de IA en entornos laborales y personales experimentó un alto crecimiento entre 2023 y 2025, según las consultoras Gartner, Boston Consulting Group (BCG) e IDC. El 75% de las organizaciones a nivel global utilizaron IA generativa en 2024, un aumento del 36% respecto al año anterior.
Algunos sectores van a la vanguardia en su aprovechamiento, como telecomunicaciones y salud. En esta última área se encuentran centros médicos que reportan una reducción del 75% en el tiempo de redacción de informes de salud de los pacientes, por ejemplo, usando IA.
Resistencia
En la adopción de las plataformas y chats de IA están quienes tienen temor o se niegan a usarlas y sobredimensionan los peligros. También, quienes la usan sin pensar en los riesgos. ¿Cuál es el justo medio?
Fernández Marmolejo respondió que la resistencia a usarlas tiene que ver con la resistencia al cambio, una actitud que es normal y que viene desde diferentes épocas. “Siempre hemos tenido miedo al cambio”, agregó.
Como en todas las anteriores transformaciones económicas y tecnológicas, es una situación que difícilmente podrá revertirse y que más bien permanecerá y se profundizará en el futuro inmediato.
“Al final de cuentas es algo que ya vino y vino para quedarse”, recalcó Fernández Marmolejo. Agregó que es necesario aprender a usar las herramientas.
El problema es que hay brechas.

Según un reporte de BCG de 2023, en algunos países, como España, el 59% de los empleados españoles afirma usar IA en sus funciones diarias.
A nivel global esa porción se reduce al 14% y en los países en desarrollo el 81% de los trabajadores desconocen los protocolos (incluyendo las normas éticas) para el uso de IA generativa.
Medidas básicas
Los principales cuidados a nivel organizacional y personal tienen que ver con la protección de los datos. Estos cuidados son:
—Las personas deben evitar exponer sus datos sensibles (al igual que en redes sociales).
—Las personas deben revisar los datos que le están dando a las herramientas.
—Las personas deben configurar las plataformas para que no usen esa información en el entrenamiento de los modelos de lenguaje en los que se basan las plataformas de IA.
“Cuidar lo que nosotros exponemos o lo que hacemos dentro de la IA”, insistió Fernández Marmolejo.
En los casos de aplicaciones como WhatsApp, donde la firma propietaria Meta incorpora su plataforma Meta AI, la recomendación es aprovecharla sin exponer datos privados.
Fernández Marmolejo indicó que las plataformas y aplicaciones de IA son herramientas que, si se utilizan con precaución, son muy útiles para automatizar procesos y tareas diarias.
De hecho, según BCG, el 71% de los encuestados percibe que los beneficios de la IA superan los riesgos. También consideran que debe existir mayor regulación.
“Al final de cuentas la IA es necesaria y es una herramienta muy potente para la actualidad”, dijo el especialista.