La red social Twitter anunció el jueves que había eliminado cerca de 3.500 cuentas que realizaban operaciones de influencia y propaganda en beneficio de gobiernos de diferentes países.
La gran mayoría de estas publicaciones (2.048) retransmitieron el discurso oficial del Partido Comunista de China sobre el tratamiento del pueblo uigur, una minoría musulmana de la que se cree que cerca de un millón de miembros se encuentran recluidos en campos de trabajos forzados, según ONGs.
Otras 100 cuentas estaban vinculadas a una empresa cercana al gobierno de la provincia china de Xinjiang (noroeste de China), donde viven la gran parte de los uigures. Asimismo, otras cuentas eliminadas promovían la acción de las autoridades de México, Rusia, Tanzania, Uganda y Venezuela.
Por otra parte, Twitter anunció el lanzamiento, a principios de 2022, de un panel en temas de moderación de su plataforma, que reunirá a académicos, representantes de ONGs, periodistas y miembros de la sociedad civil.
La red social aclaró que no ejercerá ningún control sobre los temas de investigación o las conclusiones de este grupo de expertos.
El miércoles, la gigante de las redes sociales Facebook informó que había desmantelado una operación orquestada desde China, que utilizaba cuentas falsas para alimentar las tensiones con Estados Unidos.
Cambio en imágenes y videos
Twitter también modificó su política sobre información privada para prohibir también la publicación de imágenes o videos privados de otras personas sin su consentimiento, especialmente si dan lugar a acoso o la identificación de las víctimas.
Compartir información privada en Internet sobre una persona sin su consentimiento es una práctica conocida como doxing, que puede poner en riesgo la seguridad de dicha persona, al identificarla ante un público anónimo, motivando incluso campañas de acoso.
El doxing está prohibido en Twitter, como se recoge en la ‘política sobre la información privada’ de la plataforma, y por ella no se permite publicar datos como número teléfono, correo electrónico, direcciones físicas o documentos de identidad.
Tampoco se permite alentar a otros usuarios a hacerlo ni chantajear a la víctima para evitar su publicación.
La compañía amplió la prohibición a las imágenes y vídeos privados de individuos por el “creciente uso indebido” de estos elementos “como herramienta para acosar, intimidar y revelar las identidades de las personas”, según informa en su blog oficial.
Desde Twitter reconocen que la publicación de videos o imágenes tiene el potencial de “violar la privacidad de una persona” y de “provocar daños emocionales o físicos”.
Y apunta a que su efecto puede ser mayor en las mujeres, los activistas, los disidentes y los miembros de comunidades minoritarias.
La compañía procederá a comprobar y eliminar la imagen o el video publicado sin consentimiento cuando la persona afectada o un representante autorizado se lo notifique a la plataforma.
No obstante, hay una serie de limitaciones, ya que se refiere solo a individuos privados, y no a las personas públicas o a recursos multimedia que puedan tener interés público, como en el caso de personas desaparecidas.