Una empresa de Texas intentará el jueves 22 de febrero convertirse en la primera compañía privada en posarse en la Luna, tras varios intentos fallidos de competidoras de ese sector.
Si Intuitive Machines consigue su hazaña no sólo marcaría un hito importante para el sector espacial, sino que también lograría el primer alunizaje de una sonda estadounidense desde el final del legendario programa Apolo en 1972.
El módulo de alunizaje Nova-C, que transporta experimentos científicos de la NASA, despegó de Florida la semana pasada.
El intento de alunizaje está previsto a las 4:49 p.m. hora de Houston, en Texas, donde se encuentra la sala de control de Intuitive Machines.
El sistema de propulsión de la nave, crucial para el alunizaje, ya ha sido probado con éxito en vuelo.
Este miércoles tiene que superar otra etapa importante: entrar en órbita lunar a unos 100 km de altitud. Permanecerá allí unas 24 horas antes de su descenso final, totalmente automatizado y que podrá seguirse en directo en el sitio web de la NASA.
Desde una altitud de 30 metros, el módulo de alunizaje bajará en vertical a una velocidad de tres metros por segundo, antes de frenar a un metro por segundo durante los últimos diez metros.
Intuitive Machines espera poder confirmar el alunizaje unos 15 segundos después de que los seis pies de la sonda toquen tierra.
India y Japón lograron alunizar recientemente gracias a sus agencias espaciales nacionales, convirtiéndose en el cuarto y quinto país en conseguirlo, tras la Unión Soviética, Estados Unidos y China.
Pero los estadounidenses, que pretenden enviar astronautas a la Luna a partir de 2026, llevan más de 50 años sin hacerlo. Y ninguna de las empresas privadas que lo han intentado (israelíes, japonesas o estadounidenses) lo ha conseguido.
Polo sur lunar
El objetivo de Intuitive Machines está situado a unos 300 kilómetros del polo sur de la Luna. Las misiones Apolo aterrizaron más cerca del ecuador.
El polo sur lunar es de especial interés porque contiene agua en forma de hielo, que podría explotarse.
El cráter que servirá de pista de alunizaje se llama Malapert A, en honor a un astrónomo del siglo XVII.
El módulo de aterrizaje lunar, de poco más de cuatro metros de altura, transporta seis cargamentos privados (incluidas unas esculturas del artista contemporáneo Jeff Koons que representan las fases de la Luna) y seis instrumentos científicos de la NASA.
Incluye además un sistema de cámaras desarrollado por la Universidad de Aeronáutica Embry-Riddle, que será eyectado 30 metros por encima de la superficie lunar para captar desde el exterior el momento del alunizaje.
Entre el material embarcado hay unas cámaras situadas bajo el módulo de aterrizaje lunar que analizarán la cantidad de polvo arrojado durante el descenso, con el fin de compararlo con los alunizajes de Apolo.
Otro instrumento estudiará el plasma lunar (una capa de gas con carga eléctrica) y medirá las ondas de radio procedentes del Sol y de otros planetas.
El módulo de alunizaje, bautizado Odysseus, funcionará con paneles solares. Se espera que funcione siete días desde el momento en que se posa.
Reducir costos
El contrato firmado por la agencia espacial estadounidense para esta primera misión de Intuitive Machines asciende a $118 millones.
Se trata de la segunda misión del nuevo programa CLPS de la NASA, que ha encargado a empresas privadas que lleven su material científico a la Luna, en lugar de desarrollar ella misma vehículos para hacerlo.
El objetivo es reducir los costos para la agencia pública pero seguir desarrollando la economía espacial.
Una primera misión, dirigida por la empresa estadounidense Astrobotic, fracasó el mes pasado.
Este año están previstas al menos otras cuatro misiones estadounidenses, entre ellas otras dos de Intuitive Machines.
Para la NASA, estas misiones prepararán el regreso de astronautas a la Luna en el marco de su otro programa emblemático: Artemisa.