El uso de la “Asistencia por Videoarbitraje” (VAR por sus siglas en inglés) fue uno de los temas que más expectativa, polémica y confusión generó durante el recien concluido Mundial de Rusia 2018.
Quienes observaban los partidos esperaban a que el árbitro dibujara un rectángulo en el aire, el gesto indicaba el uso del VAR.
La selección de Costa Rica se vio beneficiada cuando en el partido contra Brasil, el árbitro pitó un penal por una supuesta falta contra Neymar. Luego con ayuda del VAR cambió su decisión y continuó con el encuentro.
Amado por unos y odiado por otros, el uso del VAR por parte de la FIFA desnudó un cierre de yerros que las empresa deben evitar en los procesos de adopción de nuevas tecnologías.
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En este tema la organización rectora del fútbol mundial no tiene mucha experiencia. Durante años se mantuvo impávida mientras otros deportes profesionales abrazaban la tecnología para mejorar las decisiones arbitrales. Sin embargo poco a poco ha ido cediendo.
En Brasil 2014 implementaron la línea de gol y para este año el gran paso fue el VAR. Bien, o mal, las lecciones que se pueden aprender son varias.
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Capacitación
En números, con ayuda del VAR se valoraron 440 acciones de juego. Solo 20 merecieron una revisión y en 16 el árbitro acabó cambiando su decisión inicial, indicó el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, en una conferencia de prensa.
"El VAR no está cambiando el fútbol, sino que lo está haciendo más limpio, más honesto, más transparente y más justo”, agregó Infantino.
Aunque muchas compañías creen que incorporar nuevas herramientas está bien, porque es lo que está de “moda”; la realidad es que abusar de la tecnología y usarla cuando no lo amerita, entorpecen los procesos y le resta agilidad a los negocios.
Andrés Casas, socio de Risk Advisory de Deloitte, comentó que las tecnologías que se implementen deben ir acompañadas de una planificación de uso con la valoración de riesgos, plantear un proceso de pruebas que permita confirmar los supuestos vistos en la estrategia y determinar si existen riesgos en su uso, que no habían sido identificados.
En comparación con el VAR, toda nueva tecnología debe ser acompañada de capacitación para las partes interesadas.
Si bien el VAR lo utiliza el árbitro, los técnicos que instalan cámaras deben saber cómo se hace, las personas que las operan también, los equipos y público en general debe conocer que esto existe y las reglas bajo las que funciona.
“Previo a lanzar la tecnología a producción, se debe confirmar que el marco normativo para su uso ha sido actualizado y publicado, de esta forma se ha dejado explícito, que si bien hay una nueva tecnología VAR, es solo un apoyo al árbitro y dicha tecnología no modificó su potestad de pitar novedades en el partido y hacer que se respeten las reglas”, indicó Casas.
En este Mundial sucedió que muchos espectadores no entendían las reglas del VAR y se generaban dudas acerca de hasta donde el árbitro debía intervenir en la jugada o consultarlo con el monitor.
“Los aficionados tienen que saber cuáles son las reglas”, reclamó el seleccionador de Irán, Carlos Queiroz, preguntándose si la decisión de consultar o no la repetición de las imágenes correspondía al árbitro principal o a los jueces del VAR.
Es necesario una estrategia de comunicación y de acciones clave para entender los alcances de la tecnología.
Entrenamiento
El uso de nuevas herramientas tecnológicas requiere de entrenamiento.
Germán Morales, managing partner de Grant Thornton, indicó que el VAR se utilizó en vivo, es decir, sin probar el uso de la herramienta en los campos de juego donde cada árbitro trabajaba, por ejemplo en Costa Rica o en México.
Por esta razón fue muy difícil para los árbitros aplicar la herramienta, porque era una tecnología nueva que se implementó en vivo y en un evento de clase mundial.
Había un tema de novedad y resistencia, lo mismo que pasa en el plano de las organizaciones todos los días.
Desde el punto de penal
Según el análisis presentado por los responsables del arbitraje del Mundial, los exárbitros Pierluigi Collina, Massimo Busacca y Roberto Rosseti, el nivel de aciertos de los árbitros sin el VAR durante la primera fase fue del 95%, un porcentaje que ascendería al 99,3% con la aplicación de esta tecnología.
En la primera fase, el VAR se utilizó mucho más que en las siguientes rondas, ya que solo fue requerido para la visualización de una jugada de un posible penal de Kompany a Gabriel Jesús en el Brasil-Bélgica, y la mano de Perisic en la final Croacia- Francia.
Como en las organizaciones, el uso de la tecnología debe venir acompañada de un cambio cultural y debe entenderse como una herramienta de apoyo, pero que para nada sustituye el aporte humano, indicó Morales.
Al final, como sucede en el uso de la tecnología, lo fundamental de rescatar es que siempre está presente la participación de las personas en la toma de la decisión definitiva.
Con la implementación del VAR, la FIFA logró remediar (o al menos mitigar) uno de los puntos de dolor más grandes en un partido de fútbol, que es la injusticia derivada de una jugada mal analizada por un árbitro.
Angélica León, gerente de estrategia e innovación de Ernst & Young (EY), manifestó que esto deja una gran lección: la tecnología en sí misma no soluciona nada, sino que debe responder a una oportunidad o necesidad bien identificada desde la experiencia del cliente.
Adaptación
La implementación de una herramienta tecnológica tiene que llevar un proceso de adaptación y de mejora.
En el caso de la FIFA, tiene cuatro años para desarrollar innovaciones en el fútbol y presentarlas en su evento más importante: el Mundial.
“Esto nos refuerza lo importante de la innovación a largo plazo. Hay mejoras incrementales que se pueden lograr a corto plazo, pero muchas veces los cambios realmente transformacionales requieren un esfuerzo de prueba y error a lo largo de muchos meses”, enfatizó León.
Está claro que el VAR aún tiene oportunidades de mejora, pero al igual que sucede en los negocios, lo más importante es el proceso de prototipar y testear hasta llegar a un mínimo producto viable.
El VAR fue usado por primera vez en el Mundial de Clubes de Japón 2016, y desde entonces ha pasado por múltiples cambios.
Uno de los grandes aciertos del VAR es que no se produjo ninguna acción violenta que conllevara de una tarjeta roja.
Los jugadores estaban conscientes que sus acciones estaban siendo grabadas y que no podrían fingir o actuar violentamente porque estaba el VAR.
La tecnología ayuda a llevar un control de los procesos y si es bien utilizada aumentada los niveles de seguridad.
Lejos quedaron las 28 expulsiones en Alemania-2006, récord del torneo y las cuatro tarjetas rojas son menos de la mitad de las que los árbitros mostraron en Brasil-2014 (10).
Lo que sí es una realidad es que el signo de rectángulo en el aire generó controversia, suspenso y mostró otra cara de un deporte que hasta este Mundial se había visto empañado por una serie de errores arbitrales que le costó a algunos equipos derrotas inmerecidas.