Una mujer que tiene hábitos saludables desde antes de la concepción, tiene mayores posibilidades de que su embarazo sea exitoso, así como de que su bebé sea saludable. La salud del niño y de la madre se encuentra asociada a diferentes factores ambientales y nutricionales.
En el embarazo se debe asegurar una dieta balanceada en macro y micronutrientes. Incluir vegetales, frutas, cereales integrales, frutos secos, legumbres, pescado, grasas fuentes de omega 3 y fibra. Evitando un alto consumo de grasas saturadas y trans, alimentos procesados y harinas refinadas. Además, de una buena hidratación que ayudará al control del estreñimiento y con el periodo de lactancia.
LEA MÁS: ¿Cuánto cuesta tener un bebé en Costa Rica? Hicimos los cálculos
El buen estado nutricional de la mujer embarazada influye directamente en poder prevenir problemas tanto intrauterinos, como a la hora del parto. Es por esta razón que adecuar la dieta durante la gestación es tan importante.
Los objetivos en cuanto al peso, se deben individualizar de acuerdo con el nivel de actividad física, el peso antes del embarazo y otras consideraciones metabólicas.
Alcohol, cafeína, tabaco y edulcorantes artificiales en el embarazo
Las células y órganos en desarrollo se van adaptando a factores ambientales que afectan a la madre, y es por esto que desde la concepción hasta los dos años de edad es un periodo sensible.
El consumo de alcohol durante el embarazo, puede resultar en una variedad de trastornos del espectro alcohólico, que resulta en dificultades físicas, en el comportamiento y aprendizaje del niño. Así como el tabaco puede impactar en la pérdida del embarazo, restricción del crecimiento intrauterino y bajo peso al nacer.
Un alto consumo de cafeína durante esta etapa, está asociado con parto prematuro, bajo peso al nacer, muy parecido al efecto del consumo de alcohol. Por lo que la recomendación del Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos es que se limite la ingesta de cafeína a 200 mg por día, durante el embarazo. Por ejemplo, una taza de café tiene 100 mg y otras bebidas como té entre 35-45 mg aproximadamente.
En cuanto a los edulcorantes artificiales, su elevado consumo se ha asociado con niños que nacen grandes para la edad gestacional, además aumentan el riesgo de sobrepeso u obesidad infantil, así como de síndrome metabólico en la adultez. Sin embargo, la Food and Drug Administration (FDA) ha aprobado el uso de acesulfame K, aspartame, sucralosa, sacarina, stevia y neotame durante el embarazo. Se pueden utilizar en diabetes gestacional o sobrepeso antes del embarazo, siempre teniendo en cuenta que la recomendación es una alimentación lo más natural posible, y lo ideal sería controlar el consumo de azúcar diario.
Así como el feto es susceptible a factores ambientales, también lo es a la disponibilidad de nutrientes y el balance de energía, lo cual es esencial para el adecuado desarrollo y crecimiento. Recordemos que este balance no es sólo para el momento de la gestación, sino que también es una etapa de preparación para la lactancia materna.
Micronutrientes esenciales
Durante la preconcepción y los primeros meses de embarazo, la demanda de micronutrientes es muy alta. Las deficiencias de algunas vitaminas y minerales pueden traer consecuencias, tanto para la madre como para el niño, por lo que es necesario asegurarse una dieta bien balanceada, rica en vitamina D, ácido fólico, hierro, calcio, ácidos grasos omega 3 y otros micronutrientes.
En la preconcepción, el ácido fólico y la suplementación puede reducir hasta un 70% el riesgo de defectos neuronales. Entre los beneficios también pueden incluirse la disminución en el riesgo de preeclampsia, bajo peso al nacer, aborto espontáneo, pequeño para la edad gestacional, muerte fetal o neonatal y autismo.
El vegetarianismo y veganismo es cada vez más común en pacientes embarazadas y no hay ningún riesgo, mientras se consuman los nutrientes necesarios, y se tome en cuenta la suplementación adecuada.
Actividad física en el embarazo
En embarazos que no sean de alto riesgo, la mujer puede continuar realizando la actividad física a la que está acostumbrada, con el mismo nivel de esfuerzo, siempre y cuando no sean actividades con alto riesgo de lesiones o traumatismos, y siempre teniendo en cuenta cualquier complicación obstétrica o condiciones médicas preexistentes.
La actividad física regular antes y durante el embarazo está asociado con menos riesgo de diabetes mellitus gestacional, aumento de peso excesivo y preeclampsia. Puede mantener y mejorar la condición cardiovascular, mejorar el estado de ánimo y disminuir el tiempo de recuperación posparto.
Cuidados adicionales
● Evitar alimentos crudos o carnes con poca cocción.
● Evitar el consumo de alimentos no pasteurizados.
● Consumir pescados bajos en mercurio como salmón, bacalao, trucha y tilapia, al menos 2 veces por semana, respetando el criterio de su médico obstetra.
● Buenas prácticas en la manipulación de los alimentos.
Actualmente se le da mucha importancia a la buena nutrición que debe tener tanto la madre como el padre, ya que la obesidad paterna y otras complicaciones, puede estar relacionado con problemas de fertilidad, afectada por la calidad y la cantidad de esperma, sumando que se asocia con un mayor riesgo de enfermedades crónicas en la descendencia.
Es esencial que los padres complementen la etapa de preconcepción y embarazo con un control nutricional. En el Centro de Nutrición Larisa Páez encontrará profesionales que pueden ayudarle en esta etapa de la vida. Puede contactarnos visitando nuestro sitio web www.centrodenutricion.co.cr
Bibliografía:
Caro, R. & Fast, J. (2020). Pregnancy Myths and Practical Tips. American Family Physician, 102(7): 420-426. https://www.aafp.org/pubs/afp/issues/2020/1001/p420.html
Del Castillo-Matamoros, S. & Poveda, N. (2021). Importance of nutrition in pregnant women. Revista Colombiana de Obstetricia y Ginecología, 72(4): 343-345. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC8833237/pdf/2463-0225-rcog-72-04-3825.pdf
Marshall, N., Abrams, B., Barbour, L., Catalano, P., Christian, P., Friedman, J., Hay Jr, W., Hernandez, T., Krebs, N., Oken, E., Purnell, J., Roberts, J., Soltani, H., Wallace, J. & Thornburg, K. (2022). The importance of nutrition in pregnancy and lactation: lifelong consequences. Am J Obstet Gynecol, 226(5): 607–632. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC9182711/pdf/nihms-1812352.pdf
Stephenson, J., Heslehurst, N., Hall, J., Schoenaker, D., Hutchinson, J., Cade, J., Poston, L., Barrett. G., Crozier, S., Kumaran, K., Yanjik, C., Barker, M., Baird, J. & Mishra, G. (2018). Before the beginning: nutrition and lifestyle in the preconception period and its importance for future health. Lancet, 391(10132): 1830–1841. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6075697/pdf/emss-78604.pdf