Los cuatro que pasó el proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas en el plenario de la Asamblea Legislativa, no solo sirvieron para que los diputados votaran todas las mociones de reiteración presentadas. También marcaron la cancha en un claro juego de bloques y alianzas.
El apoyo o rechazo a las mociones fue reflejando dos grupos bien marcados. Primero están los que se opusieron a la gran mayoría de las mociones y así impidieron cambios sustanciales al texto que salió de comisión con la venia de Hacienda. Del otro lado están los que buscan cambiar el texto lo más que se pueda. Aunque son menos, son los firmantes de la mayoría de las enmiendas procesadas.
Finalmente hay un tercer grupo de diputados que se salen del canasto de sus fracciones. Votan distinto en cada moción. Varían de color según el tema y son bastante más complicados de leer. Estos votos sueltos podrían ser importantes para una eventual resolución del proyecto.
Para este análisis EF registró las votaciones individuales de cada diputado a las mociones de reiteración vistas por el plenario entre martes y miércoles en la noche.
En contra de los cambios
Tan solo iniciar la votación de las primeras mociones de reiteración quedó claro que la fracción del PAC tendría un comportamiento monolítio. En cada una de las votaciones, los diez diputados oficialistas votaron juntos.
Solo hubo una excepción a esta regla. Fue en la tercera moción vista -siete de reiteración-, presentada por el diputado José María Villalta del Frente Amplio (FA). La enmienda que pretendía que el IVA estuviera exento para personas con discapacidad, contó con el voto positivo de la diputada del PAC Catalina Montero, mientras el resto de sus compañeros la votó en contra. Tras un repaso del resto de las votaciones, la acción de Montero más parece un error o un deseo personal que un acto de rebeldía.
Casi de la misma manera funcionó la fracción de Liberación Nacional. El PLN ha sido el compañero más fiel del oficialismo en esta campaña por la aprobación de la reforma. Al ser la representación más numerosa en las curules, los votos de los liberacionistas significaron el sí final para las apenas diez que fueron aprobadas durante las sesiones. De igual manera, en conjunto con los votos de Acción Ciudadana negaron la aprobación de casi todas las mociones presentadas.
El diputado independiente Érick Rodríguez Steller también ha imitado con su voto en prácticamente todas las mociones al PAC y al PLN. Rodríguez –quien fue electo dentro de la bancada del Partido Integración Nacional (PIN)– ha sido un claro aliado de la línea opositora a los cambios del proyecto y se perfila también como un voto a favor de la reforma en su totalidad.
Finalmente está la Unidad Social Cristiana. De los que se opusieron a las mociones, los diputados del PUSC son los que se mueve en la zona más gris.
Es cierto que apoyaron al PAC y al PLN en que la mayoría de las enmiendas no fueran aprobadas. De la misma manera dieron sus votos para apoyar los pocos cambios que sufrió la reforma. Sin embargo, apoyaron con sus votos las mociones propuestas por ellos mismos, que no fueron pocas.
A favor de las enmiendas
José María Villalta del FA encabezó la lucha por generarle cambios al texto. Villalta no solo votó en positivo la gran mayoría de las mociones, sino que también es el diputado que más enmiendas de reiteración presentó. De las 324 mociones admitidas para verse en el pleno, el diputado del Frente Amplio planteó 194.
En la misma línea están los tres diputados de Integración Nacional. Wálter Muñoz, Zoila Volio y Patricia Villegas votaron a favor del grueso de las enmiendas propuestas. El PIN en conjunto como partido, presentó 40 mociones para esta segunda fase de la reforma fiscal en la Asamblea. El directorio admitió 39 de estas y el plenario no aprobó ninguna.
El diputado Dragos Dolanescu del Partido Republicano Social Cristiano (PRSC) no solo fue un fiel defensor de las mociones. Votó en conjunto con Villalta y los diputados del PIN prácticamente todas las enmiendas presentadas por ellos. También es uno de los legisladores que más enmiendas propuso. En mociones de reiteración para ser vistas por el pleno, Dolanescu solo presentó 14. Sin embargo, para el proceso en comisión, fue el diputado que más enmiendas le redactó al proyecto de ley.
En cuarto lugar dentro del grupo de los que buscan cambiar el texto, está la fracción de Restauración Nacional. El PRN funciona de manera muy similar al PUSC. Votaron mayoritariamente en bloque y casi siempre a favor de los cambios. Sin embargo en varias ocasiones optaron por torcer el voto, acuerpando a el PAC y al PLN para la aprobación de algunas de las mociones planteadas por ellos o para negar otras enmiendas.
Por el reglamento de la votación, cuando una moción era aceptada se debía discutir por el fondo, para después votarse nuevamente. En varias de estas segundas votaciones -y en enmiendas que no habían sido propuestas por diputados del PAC ni del PLN- los votos de restauración nacional se volcaron, cambiando el destino de alguna moción.
Los que rompen línea
La diputada del PLN Franggi Nicolás, la legisladora del PUSC Shirley Díaz, el diputado del PRSC Otto Roberto Vargas y la diputada del PRN Ivonne Acuña son los que más veces se salieron del canasto.
Nicolás y Díaz se volvieron votos extra -pero insuficientes- a favor del grupo que buscaba aprobar más enmiendas.
No es la primera ocasión en que Nicolás actúa fuera de la línea de su fracción. Un ejemplo claro fue cuando la legisladora aplaudió el voto de su compañero de bancada Gustavo Viales a favor de la exoneración del IVA para la canasta básica; una acción criticada por el jefe de fracción verdiblanco Carlos Ricardo Benavides.
La relación de Benavides y Viales parece recuperada. El joven del PLN no se salió del grupo de votación ni una sola vez durante las mociones de reiteración. La de Franggi es otra historia. La verdiblanca apoyó enmiendas propuestas por diputados del PRN, PIN, PUSC e incluso del Frente Amplio.
Díaz por su parte, no solo votó a favor una gran parte de las mociones presentadas por los partidos minoritarios y del PRN. La socialcristiana presentó por su cuenta 29 enmiendas para realizarle cambios a la reforma. Estas fueron secundadas por los diputados de Integración Nacional, el Frente Amplio y Dragos Dolanescu. Además, en algunas ocasiones, por diputados de su mismo partido.
Caso similar es el de Ivonne Acuña. La diputada del Restauración Nacional desentonó en numerosas ocasiones con el resto de su bancada, que en general se mantuvo más uniforme. Las veces que Acuña se desligó de su fracción, siempre fueron para votar en conjunto con el PLN y PAC.
Las tres legisladoras mantuvieron los votos dentro de la fracción cuando las mociones eran presentadas por otro diputado de su mismo partido. No pasó lo mismo con Otto Roberto Vargas. El diputado republicano votó en contra en cuantiosas ocasiones, enmiendas presentadas por su compañero de bancada Dragos Dolanescu. Además, el del PRSC no manejó un estilo de votación tan marcado como otros diputados. En una moción podía dar su voto junto a la oposición y en otras aliarse al oficialismo.
El primer paso de la reforma fiscal por el plenario, fue un buen termómetro para determinar qué podría pasar cuando finalmente, los diputados tengan que decantarse sobre si el proyecto será ley o no. Esto, si el 20.580 supera el próximo obstáculo en el camino: La Sala Constitucional.