Washington. El presidente estadounidense, Donald Trump, llamó este lunes 17 de diciembre a la Reserva Federal, que ejerce como Banco Central en Estados Unidos, a no subir las tasas de interés en su reunión del política monetaria, rompiendo una vez más una tradición de respeto a la independencia del emisor.
En un tuít, el presidente estadounidense volvió a criticar al emisor, a quien acusa de lastrar su agenda económica de recortes fiscales, desregulaciones y estrategias ofensivas en el frente comercial.
"Es increíble que con un dólar muy fuerte y virtualmente sin inflación, el mundo explotando a nuestro alrededor, París en llamas y China en bajada, la Fed considere un nuevo aumento de las tasas de interés", publicó en Twitter el presidente estadounidense una hora antes de la apertura de los mercados.
En los últimos meses, Trump ha roto reiteradamente la tradición de respetar la independencia del emisor criticado las decisiones monetarias de la Fed.
Los mercados esperan que el Comité Monetario de la Reserva Federal aumente las tasas de interés de referencia por cuarta vez este año, en una estrategia que busca evitar que los estímulos implementados por el gobierno de Trump lleven a un recalentamiento de la economía.
A medida de que la economía estadounidense se ha ido recuperando, la Fed ha implementado una lenta política contractiva, subiendo muy gradualmente los tipos desde diciembre de 2015.
Esta estrategia de ajuste ha sido criticada por Trump que ha dicho que el emisor está “loco” y “fuera de control”, además de afirmar que es una amenaza para la economía de una magnitud mayor que la que supone China, un país al cual el presidente estadounidense acusa de lastrar la industria de su país con prácticas comerciales injustas.
Según analistas y exmiembros del emisor, estas declaraciones pueden alentar al Comité de Política Monetaria a subir las tasas sólo para reafirmar el principio de independencia, incluso aunque piensen que todavía no era el momento.
La Fed inicia el martes 18 de diciembre una reunión de dos días tras la cual se espera que suban los tipos, en la cuarta alza de este año, un ajuste que busca adelantarse a una posible subida de la inflación.
Los gestores de la política monetaria se han mantenido al margen de las críticas de Trump y el presidente de la Fed, Jerome Powell, ha afirmado el barullo político no es un factor en sus decisiones.
En un momento en que Estados Unidos vive un momento de vigorosa expansión de la economía, con un desempleo que roza los niveles más bajos en 50 años, muchos advierten que esperan una desaceleración.
En un contexto mundial en el que se espera que el crecimiento de la economía mundial se debilite, hay una creciente expectativa de que el emisor estadounidense no va a tener que subir los tipos al ritmo que se esperaba.
Powell y otros miembros del Comité han sugerido en las últimas semanas que el organismo podría adoptar una actitud paciente en 2019, mientras estudia cómo se comportan los indicadores.
En sus decisiones la Fed debe tener en cuenta que por un lado, un alza de las tasas de interés encarece los créditos al consumo y los préstamos inmobiliarios.
Por otro, estas alzas fortalecen al dólar, lo que va en contra de los objetivos de reducción del déficit comercial del gobierno de Trump, al hacer que las importaciones se vuelvan más baratas y los productos estadounidenses, más caros para exportar.