Al empezar nuestra sesión de entrenamiento, Nick está encendido. Sus ojos brillan con determinación y él nunca se detiene por completo. Habla apasionadamente acerca de una nueva iniciativa que está encabezando para enfrentar las inminentes amenazas de Silicon Valley y repensar completamente el modelo de negocios de su compañía.
Reconozco este comportamiento en Nick, pues lo he visto muchas veces a lo largo de los años, conforme él se ha elevado en las filas. Sin embargo, esta vez noto algo nuevo. Bajo la usual actitud optimista hay un indicio de algo más: una leve desorientación e incluso señales de agotamiento. “Es como correr a máxima velocidad, para luego dar vuelta a la esquina y descubrir que es apenas el inicio de un maratón”, afirma. Conforme hablamos, este furtivo sentimiento de no ser capaz de mantener el ritmo resulta ser la verdadera preocupación de Nick: ¿Está a punto de agotarse?
Nick no está solo.
Justo ahora, observo una creciente preocupación entre mis clientes respecto a tomar y mantener el liderato. Cada vez más personas usan metáforas similares acerca de estar “atrapados en una pista”. Invariablemente, su primera respuesta es acelerar y correr más rápidamente.
Sin embargo, el impulso de correr más rápido es mortal para las carreras de largo plazo: solo lleva al agotamiento.
Para empeorar las cosas, la forma en que muchos líderes enfrentan el desafío de alcanzar una velocidad sustentable es algo contraintuitiva, e incluso resulta desconcertante para los líderes de alto desempeño que han dependido exitosamente de su impulso personal para obtener resultados.
Del motor del ego al motor colaborativo
La clave para acelerar sin agotarse es un concepto al que llamo co-drive (motor colaborativo). La velocidad sustentable no proviene de su propio desempeño personal o nivel de energía, sino de un enfoque diferente para interactuar con las personas a su alrededor.
En lugar de correr más rápido, Nick necesita movimientos completamente distintos. Primero, debe abandonar la obsesión con su propio ritmo y desempeño. Segundo, necesita comenzar a obsesionarse respecto a otras personas.
Podría parecer ilógico, pero el salto a una nueva curva de crecimiento comienza entendiendo que la solución no es tomar más responsabilidades, sino dejar ir algunas.
La fase de talento en nuestras carreras tiende a ser profundamente autocentrada, e incluso narcisista. Si quiere moverse más allá de la primera curva de crecimiento en su carrera, necesita cambiar el ego-drive por el co-drive.
El co-drive requiere que usted se olvide momentáneamente de sí mismo y se enfoque en los demás. El cambio involucra entender que ya se ha probado a sí mismo. En esta etapa, el punto es ayudar a desempeñarse a las personas a su alrededor.
Más allá del trabajo en equipo
Por ende, en lugar de esforzarse en ser energético, Nick debería buscar ser energizante. En lugar de delegar tareas, debería aprender a dirigir congregando.
Sea energizante, no energético: De hecho, puede acelerar las cosas al reducir la velocidad. No hay duda de que ser energético es contagioso y por lo tanto una fuente de impulso a corto plazo. Por ejemplo, transmitir un sentido de urgencia es útil, pero un exceso de urgencia sofoca el desarrollo de equipo.
Nick siempre ha tenido un punto débil respecto a las personas que, como él mismo, están llenas de energía. Estos “conejos Energizer” son sus jugadores estrella. Sin embargo, con la mentalidad de co-drive, Nick necesita ampliar su perspectiva, reconociendo y recompensando a quienes sean buenos para energizar a otras personas.
Busque autopropulsión, no poner el ritmo: Si dirige estableciendo ajustadas fechas de entrega y quedándose a trabajar hasta tarde, su equipo se volverá excesivamente dependiente de su presencia. La velocidad sustentable solo se logra si el equipo se impulsa a sí mismo sin necesidad de que usted esté presente. La autopropulsión proviene de ceder el control, resistiendo el impulso de hacer correcciones detalladas y permitiendo que florezca el liderazgo informal.
En el caso de Nick, dirigir desde la banca cambiará su perspectiva. Observará lo que sucede cuando libera a sus empleados y les pide quedar a cargo en lugar de recurrir a él para decisiones y fechas de entrega.
Congregue, no delegue: Desde el inicio de nuestras carreras aprendemos que, para resolver rápidamente temas grandes y complejos, debemos dividir el problema y delegarles las partes a especialistas. Sin embargo, las verdaderas obras de arte solo cobran vida cuando la orquesta toca en conjunto.
Un ejemplo es el llamado enfoque del centro de traumatología. Cuando arriba un paciente con traumatismo, todos los especialistas médicos evalúan simultáneamente al paciente, pero también le permiten al especialista de más habilidad –que no siempre es el líder designado– tomar el mando cuando sea necesario.
Los equipos de traumatología mejor dirigidos a los que he observado saben cuándo dar un salto adelante y cuándo dar un paso atrás. Dependen de la confianza y la paciencia.
Para Nick, esto podría sonar como el viejo trabajo en equipo. Sin embargo, el co-drive es más que solo trabajo grupal. Se trata de reelaborar el propio proceso colaborativo. La velocidad sustentable requiere un cambio hacia la creación colectiva: reunir a las personas a menudo, tratar abiertamente los temas e invitar a otros a que perfeccionen los pensamientos y decisiones que usted plantea.
El co-drive requiere una mentalidad diferente. Intente, por ejemplo, observar su propio comportamiento y evaluar el equilibrio entre dar y tomar. Los que dan ofrecen asistencia, comparten conocimiento y se enfocan en ayudar a otros. Los que toman hacen que otras personas realicen tareas que eventualmente los beneficiarán a ellos, y actúan como custodios de la información.
Los cazadores de talentos le llaman a este cambio de perspectiva, de ego-drive a co-drive, “madurez ejecutiva.” ¿En qué forma los líderes muestran madurez y ayudan a otros a desempeñarse? Progresando de ver el mundo con base en sus propios motivos e intereses, a verse a sí mismos desde una posición externa como partes de un organismo.
Poner su ego en pausa podría requerir un gran esfuerzo, pero si tiene éxito también experimentará una gran libertad. Por ello, la siguiente vez que se sienta atorado no pregunte: “¿Cómo puedo empujar con más fuerza?” Pregunte: “¿Dónde puedo dejar ir?”
Merete Wedell-Wedellsborg es instructora ejecutiva y autora de Battle Mind.