El consumidor costarricense vuelve a cambiar sus costumbres luego de la pandemia y de la crisis inflacionaria de los últimos años, y esto se observa en sus tendencias de compra.
Las personas buscan formatos más grandes de los productos y sus facturas son más abultadas, una vez que pasó la mayor amenaza del covid-19 y que la inflación dejó de subir al ritmo tan acelerado de 2022.
Los precios llegaron a aumentar hasta un 12% entre agosto de 2021 y agosto de 2022 en Costa Rica. Sin embargo, el país ahora registra nueve meses de reducciones continuas en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) que mide el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
En los últimos años una de las principales tendencias comerciales fue la reduflación; es decir, la fabricación por parte de las empresas de los mismos productos y servicios de siempre pero en formatos más pequeños y más baratos, para que fueran más accesibles en estos tiempos de dificultades. Pero ahora el comprador parece moverse en otra dirección.
Comportamientos cambian
El cambio en los comportamientos de los consumidores quedan evidenciados en estudios de mercado.
En su último informe de Consumer Insights, la agencia de marketing Kantar CariCAM encontró que los consumidores centroamericanos están gastando más dinero y comprando en mayor volumen en todos los formatos de compra, sin importar su tamaño, pero lo hacen con mayor fuerza en el caso de las presentaciones más grandes.
La recuperación es general en la región centroamericana, con excepción de Nicaragua, según los datos de la empresa.
A nivel centroamericano, la frecuencia de compra general aumentó un 4% entre el último trimestre de 2022 y el último trimestre de 2023; mientras que el tamaño del ticket (el monto promedio destinado a los gastos) creció un 11% y el volumen de compra (la cantidad de productos) un 3%.
Sin embargo, la frecuencia aumentó principalmente en los formatos pequeños y medianos; pero el tamaño del ticket y el volumen comprado aumentó más en los formatos más grandes.
“Los shoppers (compradores) de estas categorías de consumo masivo optaron por llevarse versiones más grandes. Una característica de estos consumidores con mayor poder adquisitivo es que usualmente planifican sus compras mensuales y/o quincenales”, advirtió Kantar sobre los resultados.
Este tipo de comportamientos coincide con la tendencia de la inflación en los últimos meses. Los precios han venido cayendo desde el tercer trimestre de 2023, aunque a un ritmo menor del que subieron antes de ese momento.
“Vivimos en la era de la información, hoy día tenemos a un shopper más informado, que adapta su bolsillo a la situación económica que cambia constantemente (...) cada estrato social tiene hábitos de compra distintos y se pueden abrir oportunidades para que cada marca o fabricante pueda ajustarse al presupuesto del consumidor centroamericano”, añadió Kantar.
Consumo nacional
El Banco Central estimó que este año la economía costarricense crecerá un 4%, impulsada por la demanda interna, la inversión y por el consumo de los hogares, que se viene recuperando.
El crecimiento de este sector de la economía fue de un moderado 3,4% en 2022, pero en 2023 alcanzó hasta un 5,4% luego de años más complejos.
Para los dos años siguientes, el BCCR estima que la subida será de 3,1% y 4,1%, respectivamente.
En todos los años, el crecimiento se calcula inferior que el del consumo del gobierno, que se encuentra fuertemente restringido por la aplicación de normas de control fiscal.
En su última actualización del Informe de Política Monetaria (IPM), el Central atribuyó la mejoría del consumo de los hogares a cinco factores: el incremento en los términos internacionales de intercambio, la desaceleración de la inflación, la apreciación del colón, la recuperación de los salarios principalmente en el sector privado y la aceleración del crédito, principalmente en moneda extranjera.
Sobre el comportamiento de los próximos dos años, indicó que sería “moderado” en 2024 y que " se prevé un mayor crecimiento en el ingreso disponible real y en el consumo” para el 2025.
“El aumento del consumo en el bienio se manifestaría en una mayor demanda por servicios, seguida de los bienes no duraderos, semiduraderos y duraderos, en ese orden”, concluyó la institución.