¿Usted tiene una aplicación bancaria instalada en su celular?
Cerca del 60% de los costarricenses dicen no tener ninguna app de este tipo. La mitad afirma que desconoce cómo realizar transferencias y pagos por medio del celular o la computadora.
Los datos se desprenden del estudio “Nivel de bancarización y capacidades financieras de los costarricenses” realizado por Unimer para la Asociación Bancaria Costarricense (ABC).
La muestra fue de 1.000 personas, se distribuyó de manera proporcional a la población por sexo, edad, nivel socioeconómico y zona de residencia, según el último censo de población del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). La encuesta tiene un nivel de confianza del 95%.
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Estos datos contrastan con la alta penetración de los teléfonos inteligentes en el país y la creciente cantidad en las suscripciones de Internet móvil.
La falta de educación financiera, la dependencia del efectivo y el porcentaje de las personas que todavía no están bancarizadas son los factores que, según el Banco Central de Costa Rica (BCCR), inciden en estos altos niveles de desconocimiento de los servicios en línea.
¿Cashless para cuándo?
Decirle adiós al efectivo es una de las metas del BCCR, y no solo con el uso de tarjetas, sino también mediante transacciones electrónicas.
Esta entidad estima que al país le cuesta alrededor de $500 millones al año la gestión del efectivo.
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A esto se unen otro tipo de problemas, como los de salud (virus que se transmiten por monedas y billetes), seguridad (lavado de capitales, las personas que se movilizan con efectivo son un objetivo más sencillo para delincuentes), trazabilidad (logro de un sistema financiero transparente), e incluso de desarrollo, ya que en los países con bajo nivel de bancarización los costos de transacción son mayores para las personas de escasos recursos.
Por ende, para llegar a una vida cashless se requiere de bancarización y uso de servicios digitales.
El BCCR mostró en el Informe Estadístico del Sistema Nacional de Pagos 2017 –de su autoría– que hubo un aumento en la cantidad de transacciones en línea, ya que se pasó de 64,2 millones de transacciones en línea en 2010 a 150,8 millones en 2017.
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Un crecimiento que pareciera darse entre las personas que ya ven los beneficios de utilizar los servicios en línea y adquieren confianza con la entidad financiera que les brinda las herramientas.
“Cerca del 25% de la población mayor de 15 años no está bancarizada, por lo que se mueve prácticamente con efectivo. Además, hay una parte de la población, que siendo bancarizada y recibiendo su salario en una cuenta bancaria, no tiene un nivel de educación o medios digitales para realizar pagos electrónicos y mes a mes llega al cajero automático y retira el 100% de su salario”, explicó Carlos Melegatti, director de la división de pagos del BCCR.
La tecnología está disponible y los bancos poco a poco van lanzando sus servicios digitales (unos más a la vanguardia que otros). Ahora lo que falta es la bancarización y la educación con el fin de alcanzar resultados más inclusivos.
Al consultarle a los encuestados si tenían un teléfono inteligente, el 85% respondió afirmativamente y un 8,4% dijo que tenía uno convencional.
Estos resultados muestran que la gran mayoría de los costarricenses sí tienen la posibilidad de acceder a los servicios digitales desde su celular.
“La encuesta revela que los usuarios de canales digitales se sienten cómodos usando estos servicios. Sin embargo, no se puede desconocer que entre el uso de las sucursales físicas y los canales digitales hay un proceso de cultura financiera que debe enfrentarse con educación y la brecha es aún más grande en los adultos mayores”, aseveró María Isabel Cortés, directora ejecutiva de la ABC.
En Costa Rica hay un nivel de bancarización que ronda el 75% de la población. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lo había calculado en 65% hace dos años. Sea cual sea el porcentaje correcto, para que el país pueda aspirar a una vida cashless este debe subir.
Por ejemplo, en los países europeos más del 95% la población está bancarizada.
Proyectos sin efectivo
Entre las acciones que se desarrollan en el país está el fortalecimiento de las cuentas de expedientes simplificados; es decir, que se pueda abrir una cuenta bancaria con solo presentar la cédula. Con este mecanismo, se han creado más de 1,2 millones de cuentas simplificadas en los últimos tres años.
Otra herramienta es Sinpe Móvil, la cual permite asociar un número de teléfono a la cuenta bancaria y de esta forma realizar transferencias inmediatas a otros números asociados a la plataforma.
Sinpe Móvil realiza más de 200 transacciones mensuales, dijo Melegatti.
El BCCR también trabaja en preparar a los comercios para que adopten la tecnología sin contacto, o contactless, con el fin de agilizar los pagos y motivar a los clientes a que cancelen sus compras con tarjeta y se olviden del efectivo.
Costa Rica posee alrededor del 70% de las terminales que admiten contactless y actualmente se realiza un 25% de los pagos con esta tecnología.
El proyecto Sin Contacto en comercios es el preámbulo al sistema de pago electrónico en el transporte público.
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Se calcula que alrededor de un 30% de las transacciones de efectivo están relacionadas con el pago del transporte público, por lo que en el último año se ha impulsado el proyecto del pago electrónico en autobuses, el cual se espera que comience a andar en el 2019, según afirmó el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT).
Según los datos del BCCR, en términos de valor, la banca digital movilizó ¢182,6 billones, que son el equivalente a 5,6 veces el Producto Interno Bruto (PIB) del 2017.
El paso de la banca digital, que para algunos es pan de cada día en sus transacciones, todavía hoy representa una barrera para un segmento importante de la población.
A pesar de que las herramientas están en las manos de los usuarios, es necesario impulsar la digitalización, porque la nueva ola tecnológica que ya empieza a dejarse sentir en los mercados más desarrollados son los pagos con celulares y artículos como pulseras y anillos.
El futuro de los pagos viene de la mano del Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés) y para esto es necesario acostumbrarse al contactless y a la banca en línea.